ENEMIGOS DEL PERÚ

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Guzmán dice que está en juego el regreso de Perú al fujimorismo y la dictaduraFrancamente resulta inconcebible y reprochable la actitud asumida por el ex candidato presidencial de Todos por el Perú, Julio Guzmán Cáceres. Quien desde que estuvo en ‘jaque’ -porque su partido no cumplió con las normas electorales, que llevaron a la ilegalidad de su inscripción para competir en el actual proceso electoral- emprendió una campaña para desprestigiar el mismo (proceso electoral), acusando de fraude y buscando deslegitimar a quien resulte elegido próximo Presidente de la República del Perú.

Está en todo su derecho el señor Guzmán de protestar y apelar a todas las instancias que le permite la ley, pero en lo que no estamos de acuerdo es que hasta ahora no reconozca que su exclusión se debió a los errores de su propia agrupación o, mejor dicho, del partido que lo acogió para su postulación presidencial. Y ahora los argumentos de su queja los lleva fuera del Perú, concretamente a Estados Unidos, donde ha tocado las puertas de la Organización de Estados Americanos para exponerlos. 

Ya hemos hablado mucho sobre la reacción de Guzmán antes y después de su exclusión, pero hace unos días cuando nos referimos a los rumores sobre un supuesto plan para impedir el desarrollo de las elecciones generales del domingo 10 de abril hicimos una pregunta que la reiteramos aquí: ¿A qué intereses responde el ex candidato presidencial de Todos por el Perú?

Como hemos dicho, él puede llorar, patalear, tirarse al suelo y hacer su berrinche, pero lo que no entendemos, y rechazamos rotundamente, es que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, le haga el juego y formule declaraciones apresuradas e irresponsables, como las que hizo -“reclamamos medidas para restablecer derechos de participación política de todos y evitar elecciones semidemocráticas”- luego de recibir a Guzmán.

El  gobierno peruano, a través de la Cancillería, debe levantar su voz de protesta ante la OEA y aclarar su posición frente a las declaraciones de Almagro, quien no puede emitir un pronunciamiento de buenas a primeras sin haber revisado el marco legal peruano ni haber hecho la consulta a nuestras autoridades. Es lo que debió hacer porque el Perú es un país miembro de la OEA. ¿Por qué no emite opinión respecto al gobierno de Venezuela?  

Ha hecho bien el Jurado Nacional de Elecciones al responder de inmediato a Luis Almagro: “En el Perú el proceso electoral se realiza en forma democrática y en concordancia con la Constitución y las leyes” y precisa que este organismo  “respeta el debido proceso y aplica el cumplimiento de la ley”, en alusión a las razones por las que fue excluido Guzmán.

Han pasado tres días y el Gobierno del Perú no ha dicho ‘esta boca es mía’, esperamos que lo haga porque de lo contrario se estaría convirtiendo en cómplice de un pronunciamiento que pone en duda la transparencia del proceso electoral.

Reconocemos que la contienda electoral ha sido enturbiada por una ley promulgada cuando el proceso estaba en marcha y por algunas incorrecciones de las autoridades electorales para su aplicación y la celeridad requerida, pero nada de eso implica un intento de fraude ni mucho menos que tengamos unas elecciones “semidemocráticas” como ha declarado el secretario general de la OEA.

Lo dicho por Almagro ha trascendido en el mundo a través de los medios de comunicación y agencias noticiosas internacionales que lo han difundido. Y el Perú no se puede quedar callado. No hacerlo sería grave para la imagen del país, porque estaría avalando una situación ya desterrada en el año 2000. Hasta mañana, amigos de La Primera.

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