Ayer jueves 1 de mayo de 2025 se cumplieron dos décadas desde que un joven Lionel Messi marcó lo que sería el inicio de una historia inolvidable en el fútbol mundial. Con tan solo 17 años y poco más de 10 meses, el astro argentino, imberbe y de pelo largo, irrumpió en el Camp Nou para escribir el primer capítulo de su leyenda, en un encuentro que enfrentó al Barcelona contra el Albacete, correspondiente a la jornada 34 de LaLiga 2004-2005.

El partido, en el que el cuadro azulgrana dirigía por el neerlandés Frank Rijkaard, se encontraba en un delicado 1-0 a favor del Barcelona cuando Messi saltó al terreno de juego en el minuto 88. A tan solo pocos minutos de cerrar el encuentro, el joven prodigio tuvo la oportunidad de cambiar la historia. Inicialmente, se produjo un gol que, aunque logró encantar a la afición, fue anulado por fuera de juego, convirtiéndose en la primera de dos jugadas históricas protagonizadas aquella noche.
Instantes después, en una jugada que sellaría su destino, Messi recibió un pase picado de Ronaldinho, dejó botar el balón y, con un remate bombeado al primer toque, superó la posición adelantada del arquero rival. El gol fue decisivo, no sólo por certificar la victoria azulgrana en aquel encuentro, sino porque se transformó en el primer tanto oficial del joven con la camiseta del Barcelona, marcando el punto de partida para lo que sería una carrera deslumbrante.
La imagen que consagró ese momento quedó plasmada para la eternidad: Messi celebró su gol mientras Ronaldinho, emblemático por su calidad y carisma, lo levantó en hombros, en una muestra de reconocimiento que prefiguraba el futuro traspasado de roles. Con el dorsal ’30’ en aquel entonces, el rosarino comenzaba a construir el legado que lo llevaría a heredar, años más tarde, el emblemático ’10’ y la condición de ídolo indiscutido del club catalán.
El impacto de ese gol se extendió rápidamente y se convirtió en el primer eslabón de una trayectoria marcadamente exitosa en el Barcelona. Durante 16 temporadas, Messi llegó a acumular un sinfín de logros: desde cuatro Ligas de Campeones y diez títulos de Liga, hasta innumerables récords individuales, incluyendo el mayor número de partidos disputados, goles anotados y victorias registradas en la historia del club. Su increíble capacidad para reinventarse y brillar en cada competición dejó una huella imborrable en el deporte.
Más allá de las estadísticas y los títulos, aquel gol representó un momento simbólico para la afición barcelonista. Fue el comienzo de una era en la que el talento, la humildad y la visión de juego del argentino transformarían por completo la filosofía del club. Con el paso del tiempo, cada toque, cada asistencia y cada celebración se fueron sumando a la narrativa de un jugador que demostró, desde sus inicios, ser capaz de sobrepasar límites y redefinir lo posible en el fútbol.
Hoy, dos décadas después, el recuerdo de ese primer gol sigue siendo motivo de celebración y reflexión. Es un recordatorio de cómo una jugada, en tan solo tres minutos, puede cambiar el destino de un equipo y de un protagonista. La imagen del joven Messi, en el Camp Nou, simboliza el inicio de una transformación que no solo elevó al Barcelona a la cima del fútbol, sino que también redefinió los estándares del juego a nivel mundial.
En este aniversario, los aficionados y expertos celebran no solo un gol, sino el nacimiento de una leyenda. El camino recorrido por Messi en el Barcelona es testimonio de la pasión, el esfuerzo y la dedicación que hacen del fútbol un deporte lleno de magia y posibilidades ilimitadas. Hoy se conmemora el único y extraordinario legado de un génesis que para siempre estará grabado en la historia del club y en los corazones de millones de seguidores alrededor del mundo.