KUCZYNSKI, SU PRIMER MINISTRO Y LO QUE SE LES VIENE

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Presidential Candidate Pedro Pablo Kuczynski Attends The Agro 2016La próxima semana se instalarán las comisiones encargadas de la transición de mando presidencial. Y con ella se oficializa el inicio del trámite de acceso presidencial de Pedro Pablo Kuczynski como presidente electo del Perú. Pero ello no es sólo la realización del protocolo de cambio de mando, sino el inicio de un tremendo dolor de cabeza para el virtual mandatario. Y digo dolor de cabeza pues la tarea que se le presenta al frente no es nada fácil, sobre todo en el terreno del manejo político. Empezando por la elección de los nombres y personajes que lo acompañaran en su primer gabinete. La elección del premier,  al margen de las bromas de PPK que “sea hombre, joven y gordito” tendrá que ser como un ducho director de orquesta, como también una excelente y fina muñeca; pues al margen de encargarse de mantener la coherencia  y la coordinación de los diferentes ministerios va a tener que hilar muy fino y firme para tejer una especie de malla que vincule firmemente a los diferentes líderes de las agrupaciones y tiendas políticas, para que en movimientos coordinados les indique las notas para trabajar en armonía. No bastará conversar y pactar, será obligatorio que este primer ministro mantenga un diálogo constante para que los compromisos no se enfríen, ni se desdibujen en aras de la gobernabilidad del Estado por este nuevo gobierno. Es más me atrevo a decir que en él estará todo el peso del gobierno que recién se inicia,  el primer ministro será una ficha mucho más importante que la del propio presidente al menos en esta etapa que se inicia el 28 de julio.

PPK se está reuniendo y siendo visitado por tirios y troyanos, escuchando más que hablando, para sacar un perfil de las verdaderas intenciones que persiguen los diferentes líderes que acuden a él.  Va a ser imposible satisfacer a todos y ahí es donde radicará tal vez su talón de Aquiles, que podría quebrarse si no elige un primer ministro que le dé el soporte y la elasticidad que le permita jugar en diferentes canchas. El próximo primer ministro tendrá que tener cualidades oratorias excepcionales, un tono de voz  conciliador y gestos políticos propios de un diplomático de carrera, y sobre todo el poder necesario para respaldar su palabra y los compromisos que asuma contra viento y marea.

Creo que lo más difícil en el caso de PPK no fue ganar las elecciones, lo más complicado será gobernar con excelencia en el próximo quinquenio que se avecina. La campaña ya pasó y PPK ganó de una o de otra manera. La gran batalla será recuperar el crecimiento económico del país, impulsar los programas sociales y sobre todo hacer crecer el empleo y los salarios para que sus electores sientan que con su elección su nivel de vida está mejorando. Al votante no le interesa mucho las cifras y ni la imagen del Perú en el exterior.

A él, al ciudadano de a pie, le interesan sus cifras. Que su salario le alcance para pagar sus cuentas, poder mejorar el nivel de vida de sus hijos en base a su trabajo, poder enviarlos a colegios donde tengan buena enseñanza,  poder alimentarlos mejor,  poder vivir en un país sin violencia, donde pueda hacer una vida normal, sin temor a que lo asalten o lo maten en su propia casa por un puñado de dinero. Eso es lo que espera el ciudadano que votó por él. Y como suele suceder lo va a querer ya, de inmediato. No de aquí a dos o tres años, en el mejor de los casos. Entonces el conflicto se va a dar cuando a la masa popular se le acabe la paciencia y comience a reclamar por las promesas ofrecidas. Y aquí sin duda la izquierda comunista entrará a tallar con lo único que sabe hacer, reclamar y organizar el desorden público.

A partir del 28 de julio, el próximo gobierno va a tener que partir su cabeza en dos, una dedicada a concentrarse a ejecutar el plan de gobierno y a vigilar que dé resultado y la otra mitad a cuidar los pactos políticos que de hecho está suscribiendo, o va a firmar aunque sean bajo la mesa, con sus aliados de contienda electoral y satisfacer sus exigencias para mantenerlos de su lado.

En otro contexto va a tener que tratar con pinzas de cristal  sus relaciones políticas con la mayoritaria bancada fujimorista, la cual está dolida por la derrota electoral y ofendida por los insultos y faltas de respeto del candidato PPK hacia su lideresa, su padre y otras personalidades. Pienso que PPK está subestimando la personalidad de la clase política peruana, a mi entender la visión de la clase política que él tiene la confunde con el statu quo norteamericano o quizá europeo. Se está guiando por el pensamiento práctico, lo cual se ve expresado al dar  a entender que con su victoria en las urnas ya nada más importa,  parecería pensar que hay que ver hacia adelante, sin pensar en los muertos y heridos que dejó la campaña electoral. Pasarse de largo y no admitir sus faltas de respeto ante una dama y mucho menos tener la hidalguía de pedir disculpas de la manera correcta, será un sacrilegio político y sin duda un mal gesto que le va a poner piedras en el camino e  impedirá por lo pronto una apertura franca y total al dialogo con la primera fuerza política de oposición a su flamante gobierno. Esa es mi fotografía del momento político, hasta mañana mis amigos de Primera.

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