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La tercera fue la vencida para la tenista estadounidense Serena Williams, quien igualó el récord de la alemana Steffi Graf al obtener el sábado su vigésimo segundo grand slam individual y su séptima corona en Wimbledon con una victoria sobre Angelique Kerber.
Williams, la máxima favorita, se vio obligada a jugar su mejor tenis para derrotar a la alemana Kerber por 7-5 y 6-3 en un duelo fascinante en la Cancha Central, en el que sus poderosos tiros fueron fundamentales para doblegar a su rival.
Kerber derrotó a Williams en la final del Abierto de Australia para ganar su primer título de grand slam y el mes pasado la española Garbiñe Muguruza doblegó a la estadounidense de 34 años en la definición del Abierto de Francia.
Williams, quien consiguió su vigesimoprimer grand slam el año pasado en Wimbledon frente a Muguruza, también había tropezado en las semifinales del Abierto de Estados Unidos del 2015 frente a Roberta Vinci, cuando se encaminaba a obtener los cuatro grandes títulos en un año calendario y a igualar el récord de Graf.
Pero en esta ocasión Williams triunfó y lo hizo frente a una rival hábil que utilizó tiros colocados y su capacidad de desplazamiento para mantenerse en la disputa de un partido que ofreció fascinantes contrastes de estilos.
"Ha sido increíblemente difícil no pensar en ello (el récord de Graf)", dijo una sonriente Williams en una entrevista al borde de la cancha mientras sostenía la bandeja Venus Rosewater Dish, trofeo de la competencia femenina.
"Lo había intentado un par de veces este año, pero perdí frente a dos grandes rivales, una de ellas es Angelique. Pero saber que trabajé duro hace que la victoria sea aún más dulce", agregó.
Kerber, quien el lunes ascenderá al segundo lugar del ranking de la WTA, abrazó cariñosamente a Williams una vez que la emocionada estadounidense se levantó del suelo tras festejar su victoria y posteriormente dijo que fue derrotada por una "gran campeona y excelente persona".
