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Todo hace predecir que la libertad del expresidente Alejandro Toledo está con los días contados. La División de la Policía Internacional (Interpol) ha confirmado que el ciudadano Alejandro Toledo tiene una orden de captura internacional con alerta roja por el caso Ecoteva. Esta disposición está vigente hasta el 21 de abril del año 2022, según un documento que fue difundido por la prensa debe ser periódicamente renovada.
Interpol remitió el documento al despacho del 16 juzgado Penal de Lima, a cargo de Abel Concha. En el mensaje se lee: “Con el propósito de búsqueda y captura (de Toledo) a nivel internacional por el delito de lavado de activos dispuesto por su despacho”. Lo extraño es que pese a todo esto Toledo se pasea impunemente como Pedro por su casa en Norteamerica, la pregunta aquí es ¿quién está protegiendo a Toledo?
Al exlíder de Perú Posible se le investiga por presunto lavado de activos por las compras millonarias de inmuebles a nombre de su suegra, Eva Fernenbug, con dinero que, presuntamente, provendría de actos de corrupción de su gobierno entre los años 2001 y 2006. El otro pedido tiene que ver con el caso de megacorrupción brasileño del momento: Lava Jato. Y se le investiga por haber recibido, presuntamente, una coima de 20 millones de dólares por parte de la empresa Odebrecht para otorgarle la construcción de la carretera Interoceánica.
Mientras un juez del estado extranjero en el que se encuentra no apruebe su captura, el expresidente podrá movilizarse sin problemas. La acusación por el caso Odebrecht fue documentada por el Estado peruano y enviada al Departamento de Justicia de Estados Unidos para que un magistrado federal evalúe y apruebe la detención.
Pero la situación de Alejandro Toledo es cada vez más complicada. El lunes pasado, la Organización Internacional de la Policía Criminal (Interpol) confirmó una orden de captura internacional con categoría de alerta roja.
La relación de Toledo con Odebrecht es, según los indicios, el proyecto de la Carretera Interoceánica. La obra no se ejecutó durante su gobierno, pero sí se firmó el contrato de concesión que habría sido consecuencia del soborno. Posterior al acuerdo contractual, el proyecto multiplicó hasta más de cuatro veces su presupuesto.
Junto a él estaría su esposa, la ex primera dama Eliane Karp. Ella también ha sido implicada en el delito de lavado de activos por el caso Ecoteva. El ex agente de seguridad de Palacio, Avi Dan On, es otro acusado. Pero el personaje clave tanto de Ecoteva como de Odebrecht es el empresario Josef Maiman. De acuerdo con las investigaciones, este sería el intermediario entre Toledo y el dinero recibido de la empresa brasileña.
Según las últimas informaciones, Alejandro Toledo se encontraría en Estados Unidos. Es por ello que el Estado peruano hizo llegar al Departamento de Justicia de ese país un pedido de detención. Este debe ser analizado y aprobado por un juez norteamericano. Sin aquella decisión, el expresidente es completamente libre de transitar en cualquier localidad estadounidense.
De ser capturado, extraditado, procesado y condenado, Alejandro Toledo sería inmediatamente trasladado a un penal. El beneficio de prisión domiciliaria solo es aplicable para la etapa de prisión preventiva.
Lo que llama la atención de sobremanera es por qué pese a todas estas gestiones judiciales y policiales aún ningún juez de los Estados Unidos ha sido designado para ver el caso. Este retraso condescendiente está despertando suspicacias que apuntan a un blindaje político por parte de su ex premier y ministro Pedro Pablo Kuczynski, quien se dice en el los corrillos políticos, habría tratado el tema del caso Toledo con su similar estadounidense Donald Trump en busca de retardar su detención, para darle tiempo a que prepare su defensa, tal cual lo viene haciendo, bajo la figura de perseguido político. Cuando el rio suena es porque piedras trae. Hasta mañana mis amigos de Primera.
