Construyen esófago a hombre paralítico

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14-1 (39)Nuevo órgano se hizo a partir de tejido externo y metal.

 En el ejemplo más reciente en el que científicos crean partes del cuerpo en el laboratorio, médicos estadounidenses construyeron un esófago con tejido epidérmico donado y cánulas metálicas para un hombre que había perdido la capacidad de mover sus extremidades.

El paciente, de 24 años, había quedado paralítico en un accidente automovilístico hace siete años, y los médicos enfrentaban dificultades para repararle el importante órgano del sistema digestivo.

En una situación normal, los especialistas habrían intentado crear al paciente un esófago nuevo con un fragmento de su sistema digestivo, pero en este caso era imposible debido a la gravedad de las lesiones.

En esta situación, decidieron intentar una técnica probada antes solamente en perros para reconstruir la parte superior del esófago con cánulas metálicas y tejido dérmico, procedimiento que tiene la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés).

"Es muy notable lo que pudieron hacer", dijo el doctor Simon Hoerstrup, director del Instituto de Medicina Regenerativa en la Universidad de Zúrich, que es ajeno a la investigación.

Agregó que los resultados dejan entrever que es posible que el organismo humano tenga la capacidad para desarrollar nuevamente ciertos órganos una vez que se le ha implantado la estructura básica.

El hombre, cuya identidad se mantiene en reserva, no podía ingerir comida y para su alimentación dependía de una sonda gástrica. Para remediar ese problema, los médicos insertaron un endoscopio que contenía un alambre desde el estómago y el esófago restante hasta la boca del paciente.

El alambre sirvió de guía para insertar tres cánulas que formarían la estructura del nuevo esófago y las cubrieron con tejido dérmico. El tejido fue rociado después con un gel hecho con sangre del paciente, que contiene sustancias naturales que atraen a las células madre.

Aunque los médicos querían retirar las cánulas unos tres meses después de la cirugía, el paciente se rehusó por temor a que no pudiera ingerir alimentos ni beber líquidos. También le preocupaba una posible cicatriz.

Casi cuatro años después, los médicos retiraron las cánulas debido a que el hombre tuvo problemas para deglutir. La investigación fue publicada por la revista Lancet.

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