Los últimos acontecimientos en el interior del país a raíz del paro agrario impulsado por los productores de papa, han evidenciado la falta de interacción entre el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) y las direcciones regionales agrarias para proporcionar la información y orientación oportunas a los agricultores a fin de que tomen decisiones económicas adecuadas sobre qué cultivar. Las consecuencias de ello, una sobreproducción de papa y sinsabores en las economías campesinas, ya que su compra en chacra ni siquiera alcanza el 50% de los costos de producción.
La huelga y los bloqueos de carreteras en siete regiones productoras de papa del país –Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Junín, Huánuco, Arequipa, Cusco y posteriormente se sumó a la protesta la norteña región de La Libertad–, son consecuencia de una flagrante ausencia estatal en la promoción agraria. Los acuerdos para el levantamiento de las acciones de protesta alcanzados el 10 de enero pasado, no fueron bien recibidos ni aceptados en simultáneo por todas las regiones porque consideraban que la propuesta de compra de los excedentes era insuficiente para cubrir a todos los agricultores afectados. Aparentemente, bastó para que temporalmente se aplacaran desencantos y paulatinamente los gobiernos regionales fueron adquiriendo algunos lotes del tubérculo a mejores precios que los ofrecidos por los acopiadores.