A mediacaña se quedó la aspiración de la presidenta Dina Boluarte, de tener amplias facultades para legislar respecto a inversión pública, privada y público-privada; tarifas de servicios públicos; promoción de proyectos bajo las modalidades de Asociaciones Publico Privadas (APP), etc.
Resulta que menos de la mitad de las congresistas votó a favor, y para que se confirme en una segunda votación, se necesitaba más de 60 legisladores en ese sentido. Lo único que podría empoderar a la mandataria es que se le dé luz verde en un pleno extraordinario, aunque la mayoría de los otorongos ya está de vacaciones.