La ucronía como discurso electoral

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Discurso electoral

En el Perú en materia política y sobre todo en tiempo de elecciones los discursos giran sólo en dos tiempos: en pasado y en futuro. El pasado, para mantener vivo el recuerdo de las malas acciones de los gobiernos; y el futuro, como escenario donde se apoyan los más fantásticos planes y ensoñadores proyectos. Con el paso del tiempo y al no cumplirse las promesas electorales, vienen las explicaciones simplistas para disculpar la inacción, falta de voluntad o la falacia retórica. Sobre ese futuro que a veces nunca llega dentro de los discursos, que giran sobre la incondicionalidad de la ucronía, que es el tema que voy a tratar el día de hoy.

La ucronía es un término filosófico que designa lo que pudo haber sido y no fue en la historia porque no se dieron determinados acontecimientos causales. La palabra ucronía significa etimológicamente “lo que está fuera del tiempo” o “lo que no tiene alojamiento en el tiempo”. Así como la utopía es “lo que no está en parte alguna” o “lo que no tiene lugar en el espacio”, lo ucrónico es lo que está fuera de la realidad temporal.

La ucronía es un pasado supuesto, no totalmente inventado sino desviado de su curso efectivo, por la suposición de acontecimientos que no ocurrieron pero que pudieron ocurrir. En tal sentido, ella es “lo que hubiera pasado si” esos hechos hubieran acontecido. La historia hubiera sido diferente, los sucesos hubieran seguido un curso distinto. Algunos filósofos de la historia, por ejemplo, han hecho simulaciones de lo que habría sido la vida de Europa si el cristianismo, detenido por las autoridades romanas, no hubiera podido penetrar en Occidente y se hubiera quedado confinado en Oriente. Lo mismo podríamos hacer con la historia reciente del Perú, si no hubiésemos perdido la guerra con Chile por la traición de la burguesía de esa época.

La ucronía consiste en la reconstrucción lógica de la historia a partir de sucesos supuestos, esto es, de hechos que no ocurrieron pero que bien pudieron ocurrir.

En cierto sentido la ucronía es con relación al pasado lo que lo futurible es con relación al futuro, o sea lo que pudo haber sido de mediar determinados sucesos o lo que sería si se dan ciertos hechos.

De aquí se desprende la importancia de hacer un llamado o estar alerta ante el discurso electoral recargado de contenido ucrónico. Alertados de esto, es momento de desterrar del discurso político las figuras verbales “pudo ser” y “podría ser”, descalificar estas expresiones porque simplemente en la práctica no nos llevan a ningún parte.

La ciudadanía no merece ni quiere vivir en el pasado, ni en la vieja frase “si mi abuelito no se hubiese muerto estaría vivo”. El pueblo quiere discursos claros y precisos que hablen de presentes vivos y reales, con correcciones y cambios de rumbos certeros y firmes, no la media tinta ni la ambivalencia. Nuestro sistema democrático necesita madurar para afirmarse y de ello depende la calidad del mensaje electoral que haga evolucionar el pensamiento político de la ciudadanía. Son momentos de cambios interesantes los que parecemos vivir como Nación y como sociedad, esta evolución merece darse con una mejora en la calidad del ejercicio político y esta se vislumbra en momentos electorales y de campaña como los que estamos viviendo ahora. Toda acción amerita una reacción. Cambiemos para que todo cambie. Es todo por hoy, hasta mañana mis amigos de Primera.

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