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Las enfermedades al hígado se han convertido en la novena causa de mortalidad en el país, según los reportes de la Oficina de Epidemiología del Ministerio de Salud 2013. El análisis de la Situación de la Salud del Perú revela que estas patologías suelen manifestarse entre los 30 y 59 años, es decir, en la etapa productiva del ser humano, lo que afecta de manera significativa su calidad de vida e ingresos.
Hasta hace unos años, estos padecimientos no eran tan frecuentes. Sin embargo, los malos hábitos nutricionales, el sobrepeso, la obesidad, el sedentarismo y el consumo indiscriminado de alcohol han contribuido al incremento de casos en el territorio nacional.
La enfermedad se manifiesta casi siempre por dos causas: hígado graso y daños provocados por la ingesta excesiva de alcohol. Ambas condiciones pueden pasar inadvertidas durante mucho tiempo. Son asintomáticas y no alteran las pruebas hepáticas por largos periodos.
Esta patología causa primero fibrosis hepática y luego cirrosis, condición que predispone al cáncer de hígado y demanda un trasplante hepático. Aquí radica la importancia de un diagnóstico precoz, ya que de esto depende la salud y calidad de vida del paciente. Es indispensable monitorear a los grupos de riesgo para evitar la cirrosis.
Los análisis convencionales de sangre no ayudan. La biopsia de hígado sí, pero es invasiva, costosa y representa una serie de complicaciones para el paciente, como permanecer hospitalizado buen tiempo.
