Neuróloga explica por qué es dañino el llanto prolongado en los bebés

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Especialista sostiene que llanto prolongado y sistemático puede tener consecuencias en su salud mental

El llanto del bebé se convierte en un problema cuando no es atendido. Cuando este siente que su necesidad de ser alimentado, de dormir, de recibir afecto, de que le cambien el pañal o calmen su dolor, no es satisfecha.

Se suele decir con cierta frecuencia que es mejor dejar llorar al bebé para fortalecer sus pulmones. Y algunos incluso recomiendan dejarlos llorar toda una noche para que en las siguientes “esté calmado y deje descansar a los padres”. ¿Qué pasa en la salud del niño o niña cuando el llanto es prolongado?

La neuropediatra del Instituto Materno Perinatal (INMP), María del Pilar Medina Alva, explica a la agencia Andina que el llanto es natural en un bebé porque es su herramienta de comunicación con el mundo, a través del cual expresa necesidades de alimentación, de cuidado o malestares.

Desde los primeros minutos de su nacimiento, el bebé llora y conforme pasan los meses va desarrollando un lenguaje de señas, de gestos y hablado, el cual va complejizándose. Ese proceso es vital. El llanto es parte de él; por eso el llanto en sí mismo no es una dificultad”.

¿Cuándo es un problema?

El llanto del bebé se convierte en un problema cuando no es atendido. Cuando siente que su necesidad de ser alimentado, acurrucado para dormir, de recibir afecto, de que le cambien el pañal o que calmen su dolor no es satisfecha. Por eso llora de manera prolongada. 

A veces ocurre que los padres no detectan las razones del llanto o tienen la falsa creencia de que el bebé puede seguir llorando hasta que se calme solito. Lo que realmente ocurre, precisa Medina Alva, es que deja de llorar porque se ha rendido ysiente inseguridad e incertidumbre. 

El cerebro puede afectarse si se repite y prolonga esta situación. Si los bebés no tienen sensaciones de seguridad, de ser amados y atendidos, las funciones ejecutivas del cerebro -como el control de impulsos, la capacidad para adaptarse a nuevas situaciones o de organización, como buscar sus juguetitos- van a alterarse”, señala.

Estrés tóxico

Sin embargo, si la desatención del llanto es sistemática y repetitiva, el bebé está ante una situación mucho más delicada porque enfrenta negligencia y abandono. Su cerebro comenzará a producir la hormona del estrés, el cortisol, enfrentando el riesgo de padecer estrés tóxico, advierte la neuropediatra.

El estrés tóxico es un tipo de estrés crónico y severo, que puede afectar la salud física y mental de una persona, y se produce cuando el niño o niña no tuvo en la infancia el apoyo emocional de su mamá, de su papá o de su cuidador.

Entonces pueden convertirse en niños y niñas pasivos, callados y silenciosos; que no se quejan, que se dejan hacer porque aprendieron que su llanto no tenía sentido. No son los más participativos en el nido y la interacción con sus compañeros es más bien restringida”, agrega.

Así, el llanto es un síntoma, es la manera que tienen los pequeños para comunicar su desazón, sus incomodidades y anhelos, afirmó. El llanto forma parte de su lenguaje de comunicación, y este va complejizándose conforme van creciendo.

¿Y la pataleta?

La pataleta, ese llanto prolongado acompañado de berrinches y crisis emocionales, es una forma de comunicación en los niños que no logran expresar su frustración debido a la falta de palabras. Esto ocurre cuando no han sido adecuadamente estimulados en el desarrollo de su lenguaje verbal, explicó el especialista. Los menores, al no poder verbalizar sus emociones, recurren al llanto como medio para manifestar su malestar.

“Si los padres no entienden las causas del llanto en un inicio y luego permiten que solo se comuniquen con señas o gestos, sin estimular el desarrollo del habla, entonces aparecerán las famosas pataletas; el llanto prolongado se convertirá en su herramienta de comunicación”, explica la neuropediatra de la exMaternidad de Lima.

Recomendaciones

Una de sus primeras recomendaciones, no solo para profesionales que se relacionan con la salud de los niños durante la primera infancia sino para los progenitores, es que no los dejen llorar sino que los consuelen buscando siempre las causas.

Para eso, es necesario aprender a observar, estar atentos a qué puede estar pasando con ellos y, una vez detectada la causa, resolver el problema con amor y con la seguridad que ellos están esperando recibir.

No debemos dejarlos llorar, lo que tenemos que saber es por qué lo están haciendo, conocer la causa, descubrir poco a poco qué ocurre, porque no siempre es por hambre. Si la mamá, papá o persona cuidadora no entiende, es mejor que pida ayuda a un especialista”, puntualiza.

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