Durante años, las grasas trans se han considerado como malas para el corazón, lo que ha hecho que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. las prohibiera en los productos alimenticios. Pero un nuevo estudio sugiere que no todas son iguales, y algunas incluso podrían ser buenas.
Los investigadores alemanes encontraron que las grasas trans que están presentes de forma natural en los productos lácteos y cárnicos podrían en realidad ayudar a proteger al corazón, mientras que los niveles bajos de grasas trans artificiales no parecieron plantear un riesgo para la salud. Una cantidad sobrecogedora de evidencias científicas respaldan esa decisión.
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