Hasta el día de hoy 59 organizaciones políticas buscan participar en las Elecciones Generales del 2026, esto con miras a los comicios en los que podríamos tener la mayor cantidad de partidos compitiendo en los últimos 40 años. Lo cual agravaría mucho más la crisis de gobernabilidad que atraviesa el país.
De estos 59, 24 todavía deben culminar su proceso de inscripción ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) hasta abril del próximo año y 35 ya están inscritos oficialmente.
Esto indicaría que las elecciones del 2026 podrían tener el mayor número de candidatos a Palacio de Gobierno y al Congreso de la República de los últimos 40 años en el Perú. Todo un récord olímpico.
Entonces son casi 60 organizaciones políticas las que podrían participar en la siguiente contienda electoral y presentar candidatos, el triple de los que compitieron en el 2021 y seis veces el número de organizaciones que participaron en los comicios del 2001.
Responsable de que haya partidos políticos como cancha para la próxima contienda electoral es el Congreso de la República, que, en los recientes cambios realizados a la ley electoral, que eliminan las elecciones primarias (PASO) se corre el riesgo de que todos los partidos políticos que se han creado puedan participar finalmente en el próximo proceso electoral.
Filtro eliminado y modificaciones
La reforma electoral que se realizó en el año 2019 proponía el funcionamiento de forma conjunta de dos aspectos: bajar la valla o exigencias para inscribir un partido político, pero, al mismo tiempo, que exista un primer filtro a través de las primarias abiertas y obligatorias para reducir las organizaciones que finalmente compitieran en elecciones.
Sin embargo, este año el Congreso modificó la norma y modificó la figura de las primarias abiertas a la ciudadanía, además de mantener otras dos modalidades para que los partidos elijan el método más afín para elegir a sus candidatos a las próximas elecciones. Las primarias establecían un umbral o un filtro de preferencia a los partidos políticos, de tal forma que no todos iban a participar finalmente en elecciones, sino solo los que hayan superado el 1.5% de votos. Lo que han hecho ahora con la modificación es incrementar esta valla de creación de partidos, retornando al sistema anterior, entonces estamos con los mismos vicios y dolencias de procesos electorales pasados.
Tener un elevado número de postulantes a la Presidencia de la República y al Congreso entre los cuales elegir dividirá el voto de los peruanos, y los candidatos que pasen a segunda vuelta lo harán con un bajo porcentaje de votos debido a esa fragmentación, lo que tendrá un impacto negativo en el elector. Será muy complicado para los electores la decisión al momento de votar y poder elegir entre tantas candidaturas, la Presidencial; la elección al Congreso, que esta vez tendrá diputados y senadores; y el Parlamento Andino.
De cara a los comicios 2026, está pendiente de que se establezca en la norma de forma clara cómo los peruanos elegirán a los senadores y diputados, una labor que está en manos del parlamento nacional.
El Legislativo tiene la responsabilidad y el poder para mejorar la ley electoral exigiendo a los partidos políticos que presenten mejores candidatos. Es fundamental que la ley sirva de contrapeso al poder político que se adquiere. El Legislativo tiene el poder político para cambiar o modificar leyes. Son los parlamentarios quienes nos han sometido a esta situación actual y son ellos los obligados a corregirla. Sin lugar a duda, un proceso de elección primaria regulará la cantidad de organizaciones políticas y mejor aún, legitimará los liderazgos políticos que tanta falta le hacen a nuestro sistema político en Perú.
Es urgente hacer un llamado hacia la necesidad de que las agrupaciones políticas construyan alianzas con miras a las Elecciones 2026. Como ciudadanos debemos reaccionar y participar de alguna manera en el debate que se produzca en las siguientes semanas en el Congreso, donde se terminará de definir las reglas del juego de los próximos comicios.
Lo que sucede en el fondo, como lo señalan las encuestas, es que la mayoría ciudadana manifiesta un rechazo a todo lo que sea política y no quieren saber nada sobre temas relacionados al desarrollo de esta. Hay un divorcio subjetivo entre la ciudadanía y el concepto político, que se traduce en un rechazo ciego, todo ello motivado entre otras cosas a causa de los interminables casos de corrupción dentro de la esfera de representantes políticos. Pero los ciudadanos deben de ser conscientes y participar para cerrar el paso a procesos viciados por la polarización política, como amenaza ser el del 2026, que de concretarse solo coronarán el desgobierno en el país, agravando mucho más la crisis por la que atravesamos. Una pregunta de fondo y que contestaré en las próximas semanas es: ¿A quién o a quiénes les conviene este rio revuelto de abundantes partidos políticos y candidatos…? Estaremos atentos, hasta la próxima semana amigos de Primera.