Quién es “Rosita”, la influencer vinculada al Tren de Aragua

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La actriz y DJ venezolana Jimena Araya, con millones de seguidores en redes, enfrenta sanciones financieras por presunto apoyo económico a la organización criminal y uso de empresas como fachada.

Jimena Romina Araya Navarro, conocida como “Rosita”, DJ, ex actriz de televisión e influencer venezolana con millones de seguidores en redes sociales, fue sancionada el 4 de diciembre de 2025 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y, horas después, por autoridades financieras de México. Ambos países la acusan de apoyar económicamente al Tren de Aragua, organización criminal que Washington considera una “organización terrorista internacional”, mediante la presunta canalización de ingresos obtenidos en espectáculos y negocios vinculados a su figura artística.

Un nuevo objetivo en la ofensiva contra el Tren de Aragua

La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro anunció la inclusión de seis personas presuntamente vinculadas al Tren de Aragua en su lista de sancionados. Entre ellos figura Araya, nacida en 1983 en Maracay, estado Aragua, a unos 119 kilómetros de Caracas.

Las sanciones implican el congelamiento de bienes y fondos bajo jurisdicción estadounidense y la prohibición para ciudadanos y entidades de ese país de realizar transacciones con los señalados. El Tren de Aragua, surgido en Venezuela a inicios de este siglo, es considerado por autoridades y expertos como una organización criminal transnacional con presencia en varios países de América Latina.

Pocas horas después del anuncio en Washington, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de México adoptaron medidas similares contra Araya y otros cinco individuos, así como contra cuatro empresas con sede en Venezuela y Colombia: Eryk Producciones SAS, Maiquetía VIP Bar Restaurant, Global Import Solutions S.A. y Yakera y Lane SAS.

De acuerdo con las autoridades estadounidenses, parte de los ingresos de “Rosita” como DJ y figura pública habría sido destinado presuntamente a la dirección de la organización criminal, configurando así un supuesto “apoyo material” al Tren de Aragua.

BBC Mundo intentó obtener una respuesta directa de Araya a través de sus redes sociales, sin éxito. Su madre, Teresa Navarro, ha negado reiteradamente cualquier vínculo de su hija con el crimen organizado y ha calificado las acusaciones como una “campaña de descrédito”.

De la televisión y el humor a la fama digital

Antes de consolidarse como DJ e influencer, Jimena Araya desarrolló una carrera en la televisión venezolana. Participó en telenovelas y alcanzó notoriedad en programas humorísticos de Venevisión, uno de los principales canales del país, donde interpretaba a una “mucama sexy” en un segmento que ganó gran popularidad.

Según periodistas especializados en farándula, de ese personaje surgió el apodo de “Rosita”. La popularidad del espacio dio paso a presentaciones en vivo en distintos puntos de Venezuela, e incluso se ha señalado que llegó a ofrecer espectáculos en centros penitenciarios, entre ellos la cárcel de Tocorón, que durante años fue considerada base de operaciones del Tren de Aragua.

Con el tiempo, Araya trasladó parte de su actividad al entorno digital. En la actualidad, acumula aproximadamente 3,5 millones de seguidores solo en Instagram, donde se presenta como DJ y figura de entretenimiento. También ha participado en proyectos audiovisuales recientes, como la serie “QLQ este Liceo”, difundida a través de redes sociales.

Vínculos señalados con el “Niño Guerrero” y Tocorón

Diversas fuentes consultadas por medios internacionales han descrito la presunta cercanía de Araya con el entorno del Tren de Aragua. Se le ha vinculado sentimentalmente con Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”, considerado cabecilla del grupo criminal. No obstante, fuentes citadas por la prensa aclaran que en realidad habría mantenido una relación con un pariente del líder.

Criminólogos y periodistas explican que el Tren de Aragua surgió alrededor de un sindicato que extorsionaba a contratistas del proyecto ferroviario en el centro de Venezuela, cobrando por puestos de trabajo en las obras, y evolucionó hacia una organización con presencia en varios delitos y países. Su base principal fue la cárcel de Tocorón, intervenida por las autoridades en 2023, poco después de una nueva fuga de Guerrero, cuyo paradero oficial se desconoce.

Otro periodista venezolano especializado en sucesos afirmó que Araya se encargaba presuntamente de organizar fiestas en la discoteca Tokio, ubicada dentro del penal de Tocorón cuando esta funcionaba bajo control del Tren de Aragua.

Antecedentes judiciales y relación con figuras delictivas

El nombre de “Rosita” apareció por primera vez de forma relevante en investigaciones judiciales en 2012, cuando el “Niño Guerrero” se fugó de Tocorón. Ese mismo día, Araya habría realizado un show en la prisión, lo que llevó a los investigadores a considerarla parte de la trama de apoyo externo a la evasión.

El Tribunal 2 de Control de Aragua ordenó su captura y fue detenida semanas después. El exdirector de Actuación Procesal de la Fiscalía venezolana, Zair Mundaray, aseguró que Araya fue procesada por el caso de la fuga y permaneció presa durante un tiempo.

Registros del Tribunal Supremo de Justicia señalan que el entonces director del penal, Luis Alberto Gutiérrez Linares, habría facilitado la evasión a cambio de 500.000 bolívares —equivalentes a unos US$117.000 de la época— y que, una vez fuera de la cárcel, Guerrero utilizó varios vehículos, algunos de ellos presuntamente proporcionados por Araya.

Mundaray explicó que la DJ fue liberada bajo fianza debido a que el delito de evasión no conlleva penas de cárcel especialmente elevadas y que, posteriormente, un partido político cercano al Gobierno la postuló como candidata a concejal. La periodista Ronna Rizquez, autora de un libro sobre el Tren de Aragua, señaló que aquella investigación no prosperó.

En los años siguientes, el nombre de Araya volvió a aparecer en la crónica roja. En 2014 fue asesinado su novio Luidij Ochoa, exconvicto conocido por la serie animada “Cárcel o Infierno”. En 2015, otra pareja suya, Carlos Rafael Galíndez, alias “Carlos Breaker” y señalado como cabecilla del Tren de Aragua, fue asesinado y su cuerpo hallado desmembrado en las afueras de Caracas.

En 2016 murió acribillado Teófilo Cazorla Rodríguez, alias “El Conejo”, otro criminal venezolano que llegó a aparecer en espectáculos animados por Araya.

Expansión regional y orden de captura en Perú

Al igual que el Tren de Aragua expandió sus operaciones más allá de Venezuela, “Rosita” también desarrolló actividades fuera del país. Aprovechó su ascendencia peruana para instalarse por un tiempo en Perú, donde organizó eventos y mantuvo presencia pública.

A finales de 2019, un tribunal peruano dictó orden de captura en su contra por presuntos nexos con Edison Agustín Barrera, alias “Catire”, considerado entonces cabecilla del Tren de Aragua en territorio peruano y detenido en Lima cuando se disponía a robar un banco.

Paralelamente, Araya continuó presentándose en festivales y locales nocturnos en Venezuela y Colombia, consolidando su imagen como DJ e influencer mientras aumentaban las sospechas y señalamientos que ahora se han visto reforzados por las sanciones estadounidenses y mexicanas.

De acuerdo con fuentes consultadas por medios internacionales, en la actualidad Araya reside en Venezuela y es madre de un hijo.

Alcance de las sanciones y posibles implicancias

Las sanciones anunciadas por la OFAC y replicadas por las autoridades mexicanas implican el congelamiento de todos los bienes e intereses de “Rosita” y de los otros cinco individuos sancionados que se encuentren bajo jurisdicción de Estados Unidos o México.

Asimismo, se prohíbe a ciudadanos y empresas de ambos países realizar cualquier tipo de transacción con los señalados, lo que incluye movimientos bancarios, contratos, servicios o pagos. Las empresas vinculadas —con sedes en Venezuela y Colombia— quedan igualmente sujetas a estas restricciones, lo que afecta potencialmente la estructura económica que, según las acusaciones, serviría de apoyo al Tren de Aragua.

Las medidas se enmarcan en una estrategia más amplia de Estados Unidos para combatir al crimen organizado transnacional y al narcotráfico en la región, que incluye el despliegue de activos militares en el Caribe y acciones coordinadas con gobiernos latinoamericanos.

Panorama

El caso de “Rosita” ilustra la intersección entre entretenimiento, redes sociales y crimen organizado en el contexto de la expansión del Tren de Aragua fuera de Venezuela. Mientras Estados Unidos y México la señalan como parte de una red de apoyo financiero a la organización criminal, sus familiares y entorno cercano niegan los cargos y hablan de una campaña de desprestigio.

Por ahora, las sanciones se mantienen vigentes, sus activos en ambos países permanecen bloqueados y cualquier relación comercial con ella está prohibida para ciudadanos y empresas estadounidenses y mexicanas, en un expediente que podría seguir ampliándose a medida que avanzan las investigaciones y la cooperación internacional contra el Tren de Aragua.

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