Tunantada: conoce todo sobre esta icónica danza del Valle del Mantaro y su festividad

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Del 20 al 25 de enero, Jauja y otras localidades del Valle del Mantaro celebran a lo grande este legado cultural

El Valle del Mantaro tiene en la danza de la Tunantada a una de sus expresiones culturales, artísticas y costumbristas más genuinas y emblemáticas.

El Valle del Mantaro tiene en la danza de la Tunantada a una de sus expresiones culturales, artísticas y costumbristas más genuinas y emblemáticas.

El Valle del Mantaro tiene en la danza de la Tunantada a una de sus expresiones culturales, artísticas y costumbristas más genuinas y emblemáticas. Crisol de mestizaje, este colorido y divertido baile regional, surgido en la provincia de Jauja y declarado Patrimonio Cultural de la Nación, celebra su exultante festival del 20 al 25 de enero en el distrito de Yauyos.

Jauja es no solo la capital histórica del Perú sino cuna y escenario por excelencia de la Tunantada, danza de rica herencia cultural que fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, el 21 de enero de 2011, al ser una de las más significativas expresiones de la diversidad cultural del Valle del Mantaro.

Del 20 al 25 de este mes se lleva a cabo, en el distrito de Yauyos, el esperado Festival de La Tunantada y toda la provincia de Jauja se llena de color, fiesta y tradición, con la participación de decenas de orquestas costumbristas e instituciones “tunanteras”, que con singulares personajes concitan una creciente atención de turistas nacionales y extranjeros.

¿Qué significa Tunantada?

Según los considerandos de la declaratoria de la Tunantada como Patrimonio Cultural de la Nación, el término Tunantada deriva del vocablo español Tunante, sinónimo de taimado o bribón, antes que de alguna terminología indígena. Este nombre designa a la comparsa principal que preside toda una representación escénica danzada de diversos estratos sociales y étnicos de la sociedad colonial, tamizada por la visión nativa y la distancia en el tiempo.

Esta danza corresponde a un género particularmente importante de las danzas andinas que representan tipos humanos conocidos en el pasado y que, desde esa perspectiva, puede verse como una revisión de la historia vivida por el poblador regional, manifestación que marca además una frontera frente a las presencias externas reinterpretadas por la población nativa.

Este tipo de danzas se convirtió en la época colonial en la parte más importante de las fiestas del calendario católico, expresión de una identidad que puede igualar en importancia al aspecto estrictamente religioso de la fiesta. 

Origen de la Tunantada

Por otro lado, la tradición oral considera a Huaripampa como lugar de origen de la Tunantada. Este fue el primer distrito creado de Jauja, el 29 de setiembre de 1570. Según las crónicas, los pobladores presenciaron la llegada del virrey Toledo, quien pasó por la villa con todo su séquito, como era costumbre entonces, al compás de música. A partir de ese momento los huaripampinos trataron de imitar a estos personajes de forma satírica. Puede que sea por este festejo virreinal que la tunantada provenga de la palabra “tunante”.

Años después, las autoridades virreinales fundan la Villa de Yauyos, donde construyen una capilla para venerar a San Sebastián y a San Fabián, sus patrones jurados. Desde entonces, cada 20 de enero se realizan festejos en su honor, destacándose varias estampas costumbristas como el “jergakumo”, la “huaylejía”, con corrida de toros, el “jalapato” y la Tunantada.

Características de la Tunantada

La Tunantada, como otras danzas de esta región, tiene una coreografía en la que domina un personaje disfrazado y enmascarado que le da nombre a la danza.

Las características de esta danza y su carácter burlesco permiten suponer que proviene de las primeras décadas de la vida republicana. La presencia de sus personajes nos remite a la sociedad colonial tardía, organizada todavía sobre actividades económicas como la minería y el arrieraje, del cual el Valle del Mantaro, y específicamente Jauja, era parte de la ruta que unía al Cusco con Lima, lo que explica la figura del arriero del noreste argentino, así como la del curandero del altiplano y de los cusqueños.

Personajes de la Tunantada

Los personajes que intervienen en la Tunantada son “La chupaquina” o “Huanquita”, que es una mujer indígena casada con español; “El chuto”, personaje danzante, burlesco y satírico que representa el mestizaje; “La huatrila”, que representa al chuto decente.

Asimismo, participan “El tucumano”, que representa al arriero de mulas y comerciante que se desplazaba desde el Perú hasta el virreinato del Río de la Plata y viceversa; “El jamille” o curandero de los Andes; “La jaujina”; “La María phishana”; y el “El Auquish”, título que distinguía a los jóvenes de sangre real, y también a los espíritus que rodeaban al “apu” o deidad protectora de una comunidad.

En esta estructura, donde el personaje español domina, los criollos y mestizos de la ciudad aparecen medrando alrededor de él, como ocurre con las mujeres llamadas “La huanca”, ”La jaujina” o “La chupaquina”, vestidas anacrónicamente con trajes del siglo XX. La presencia del “doctor” perece remitir, en cambio, a los primeros tiempos del nuevo orden republicano y la manipulación de las leyes por el sector criollo. Frente a ellos, el indio o “Chuto” asume el papel paródico y burlón de los otros tipos sociales e incluso de los asistentes a la fiesta. A ella se han agregado, al parecer en épocas recientes para dar mayor colorido a esta danza, figuras como “El inca”, “El cahuide” y los nativos de la selva, que son conocidas para otras danzas.

En suma, la Tunantada es el retrato de la sociedad regional andina a lo largo de su historia particular, un microcosmos del mundo social, presentado como un baile de disfraces que pone en evidencia sus aspectos más íntimos. 

Música de la Tunantada

Como parte de la expresión musical del Valle del Mantaro, la Tunantada ha experimentado transformaciones desde los primeros tiempos en que se registra su existencia. Más que una sustitución, se trata de una superposición y enriquecimiento de la forma musical y de su ejecución. Los instrumentos originales han sido de modo muy característico la guitarra, el arpa, la quena y el violín. Sin embargo, la aparición de la “orquesta típica”, formada por saxofones y clarinetes, supuso un cambio importante, sustituyendo a la quena en la sección melódica por el clarinete.

La melodía de la Tunantada se ha vuelto más compleja, desde el ritmo del huaino, dividido en dos partes, a una melodía propia, de tiempo lento y notas ligadas en tres frases musicales de tiempos distintos. Esta estructura permite un cierto grado de improvisación melódica, de la misma manera que los repetidos descansos y cambios de frase permiten la improvisación en la actuación y desplazamiento de lo bailarines. Aunque lo que se acompaña es una danza burlesca, se exige a los músicos que la música sea “Huajaypa”, es decir, que “haga llorar el corazón”.

Dónde se celebra la Tunantada

La Tunantada se baila con especial exultación en el distrito de Yauyos de la provincia de Jauja, del 20 al 25 de enero, coincidiendo con la festividad de los mártires cristianos San Sebastián y San Fabián, patronos de esa localidad del Valle del Mantaro. 

Se caracteriza por ser más colorida y con mayor número de personajes, lo que evidencia una mayor complejidad al expresar una visión burlesca de la historia, del pasado y de la sociedad de la región. 

Además de Yauyos, esta danza folclórica también se baila en el distrito jaujino de Huaripampa, donde destaca por conservar la autenticidad del ritmo de la música y porque las orquestas que lo practican tienen un limitado número de ejecutantes, que difieren de otros pueblos del Valle del Mantaro.

La Asociación de Veteranos de Huaripampa se encarga de preservar el baile, que se ejecuta el 6 de enero, en conmemoración de la Epifanía o Bajada de Reyes.

En la Tunantada que se celebra en Huaripampa solo existen cinco personajes, con vestimentas muy serias, sin mucho colorido: el “español“, la “chupaquina“, el “indio“, el “argentino” y el “doctor“. 

El indio es el único personaje en el Valle del Mantaro que usa un bastón de madera de torcido natural, así como el “shucui”, zapato especialmente hecho de lana de carnero. El personaje de la “chupaquina” usa una chompa de color negro, adornada con pañuelos y usa un sombrero de Jauja.

Otras zonas del Valle del Mantaro donde se baila la Tunantada son el Valle de Yanamarca, la villa turística de Chucllú, el valle Azul, entre otros.

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