FUJIMORI NO DUERME POR EL PODER 

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Exdictador se victimiza para hacerse propaganda 

Condenado por matanzas se une a hija enjuiciada por Odebrecht, y a hijo sentenciado por corrupto, con miras a las elecciones

“Ya no tengo fuerzas para resistir, quiero pedir al presidente de la República, a los miembros del Poder Judicial una sola cosa: por favor no me maten. Si regreso a prisión mi corazón no lo va a soportar, está demasiado débil para volver a pasar por lo mismo, ya no doy más “, decía un supuestamente moribundo Alberto Fujimori en el 2018. Entonces se anulaba un indulto delincuencial, pero ahora cuando desde Chile se le amplían cargos por corrupción y asesinato, sale con que se rompió la cadera. 

Desde que perdió el poder, el clan producto de una inmigración descontrolada, y que terminó dedicándose al crimen –como certifican múltiples condenas al exdictador, y a su hijo Kenji- siempre ha recurrido a la victimización. Bajo la fachada de un partido político, esta familia que no tiene ni de inga ni de mandinga, ahora pretende engatusar a los peruanos para que les den su voto. 

“El final de mi vida está cerca”, decía, desde una cama de hospital, Fujimori Fujimori, en enero del 2019. No logró su cometido. Volvió a la cárcel y solo salió porque un juez no respetó el debido proceso al anular la gracia de Pedro Pablo Kuczynski, otro enfervorizado lobista que trabajó para Odebrecht. 

Hace pocas semanas, una encuesta de Ipsos Perú indicaba que el 27% de ciudadanos consideraba a Alberto mejor candidato presidencial de Fuerza Popular, superando a Keiko Fujimori (23%). Días después, aparecía en un video junto a su hija. “Una grata noticia para el fujimorismo. El sábado 15, mi padre firmó su ficha de afiliación a Fuerza Popular”, se comunicaba. 

Lo que no se decía era que en dos semanas se vence el plazo para todo peruano con aspiraciones a participar en las elecciones del 2026, para inscribirse en el partido respectivo. De este modo, podían participar en comicios internos, y si no lo hacían, debían esperanzarse en que alguna agrupación política los incluya en su cuota de 20 por ciento de invitados (pero no para plancha presidencial). 

Con lo que no contaba el sátrapa era con que su pasado lo perseguiría. Andrea Muñoz Sánchez, jueza de la Corte Suprema de Justicia de Chile, dispuso en primera instancia ampliar su extradición. Los cargos son: Secuestro agravado y homicidio calificado de seis miembros de la familia Ventocilla (Caso Ventocilla), Lesiones graves seguidas de muerte en agravio de cinco mujeres, y lesiones graves en más víctimas (Caso Esterilizaciones Forzadas), Secuestro agravado de Arturo Moreno Alcántara y otros (Caso Cabitos), Homicidio calificado de Nicolás Cruz Sánchez y otros (Caso ejecuciones extrajudiciales durante el operativo de rescate de rehenes en la Embajada de Japón en Lima), y Homicidio calificado de Jorge Bardales Rengifo y otras 39 personas, lesiones graves en agravio de siete personas, (Caso Castro Castro). 

No habían pasado 24 horas y se informaba de que el sujeto de 85 años sufrió un grave accidente, con un fuerte golpe que provocó la fractura de la cadera. La caída ocurrió en la habitación del exmandatario durante la madrugada del miércoles 26 de junio, y fue trasladado de inmediato a una clínica. 

“Él toma anticoagulantes por el problema del corazón y hay que esperar unos días para que estos anticoagulantes pasen sus efectos y luego, lo someterán a una cirugía para la colocación de la una prótesis completa del lado izquierdo y luego, esperaremos a que se recuperen. Estaba en su habitación y tiene una enfermera durante todo el día que lo cuida. Aunque, en la noche, parece que al momento de levantarse se ha resbalado. Hemos hablado con él y está sereno y entiende que debe esperar”, declaraba Keiko. 

Otro hecho que no puede pasar desapercibido es que el último jueves, el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial dispuso el cierre de la Cuarta Sala Penal Superior Nacional Liquidadora Transitoria de la Corte Superior Nacional de Justicia Penal Especializada. Allí se veía el Caso Pativilca, donde se enjuicia a Fujimori como presunto autor mediato del asesinato de seis personas de la provincia de Barranca, allá por los noventa. 

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