La verdad es que mucha gente está decepcionada de la política y mira las elecciones con desconfianza. Continúa, año tras año, una política que no logra transformar la vida del pueblo.
La política es un derecho y un deber de todos. La política no es sólo de los políticos, sino un derecho y un deber de todas las personas. Participar en política es ejercer ciudadanía. Quien no actúa políticamente deja de ser ciudadano consciente y responsable.
La política es la vida del pueblo. Todos los años, todos los días, es tiempo de política, pues siempre debemos estar trabajando para el bien común. El bien del pueblo es alimento, salud, educación, vivienda, tierra, trabajo, seguridad. Para bien o para mal, todo depende de la política. Política es participación, es lucha, es cambio.
El tiempo de elecciones es un período más intenso para hacer política. Para evaluar la política y para mejorarla. Un período decisivo para la vida del país. El próximo año, concretamente, estamos llamados a votar para elegir al nuevo presidente de la república y a los representantes al Congreso Nacional. Todos sabemos cuán importantes son estos cargos para nuestras vidas y para el futuro del país.
Los candidatos dependen de nuestro voto. Serán aceptados o rechazados por nuestro voto. Dependen del voto del pueblo. De ahí la responsabilidad de todos a la hora de escoger el candidato y a la hora de votar. Los políticos elegidos serán nuestros representantes en sus manos estará nuestro futuro a corto, mediano y largo plazo.
Aquí algunos criterios para juzgar a los candidatos y para analizar antes de votar:
– No votes por aquel candidato que intenta comprar votos con dinero, promesas o empleo.
– Observa el entorno del candidato. Y lo que ha hecho a favor del pueblo o lo que ha hecho contra el pueblo; si se enriqueció injustamente, persiguió, estuvo o está envuelto en corrupciones, si es deshonesto en sus negocios, no respeta la familia, está a favor del aborto, usa la religión para hacer campaña, ha mentido en sus promesas…
Candidato bueno. El buen candidato es aquel que ya ha demostrado honestidad y servicio al pueblo.
El voto no tiene precio; tiene consecuencias. Y de esas consecuencias somos todos responsables. Así como debemos escoger y votar bien, debemos también denunciar todos los actos de corrupción que se comenten en la campaña electoral.
Acompañar a los candidatos elegidos. Es nuestro deber acompañar, durante el ejercicio de su mandato, a los políticos que elegimos. Nosotros los elegimos, nosotros los animaremos y fiscalizaremos y, si fuera preciso, les exigiremos y los corregiremos.
Hacer política no es sólo votar en una urna es continuar políticamente activo y observar el comportamiento de sus representantes. Hasta mañana mis amigos de Primera.