Agenda del abogado peruano es clave para dar con el asesino

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6-1 TRIPLE CRIMEN EN BUFETEESPAÑA. Se da por hecho que el autor de la matanza no es un sicario, por la forma tan salvaje de operar

La Policía Nacional en Madrid cuenta ya con un listado de varios sospechosos para la autoría del triple asesinato del miércoles pasado en un bufete de abogados de Marcelo Usera.

Pero los investigadores del Grupo V de Homicidios tienen claro que se trata de un solo homicida, varón, y probablemente de origen latinoamericano, por la clientela del letrado y la manera tan salvaje de matar. No se trata de un sicario, por la poca “profesionalidad” del “modus operandi”, indicó un portavoz.

Se conoció también que en el caso hay un elemento que juega un papel fundamental: la agenda del responsable del despacho, el abogado peruano Víctor Joel Salas  Coveñas, que llevaba temas de extranjería y delincuencia común, en la que probablemente figure el nombre del criminal.

Las pesquisas abordan distintas hipótesis, pero los agentes sitúan en primera línea de investigación asuntos relacionados con la práctica de la abogacía de Salas Coveñas, de 37 años y que salvó azarosamente la vida al no encontrarse en su despacho en el momento de la matanza.

Quienes corrieron peor suerte fueron sus dos empleadas, Maritza Osorio Riverón, cubana de 46 años y encargada de la recepción; Elisa Consuegra Gálvez, de 31 y la misma nacionalidad, que ejercía de letrada asistente hacía menos de un año y se había casado con su jefe por conveniencia, y el cliente Jhon Pepe Castillo Vegas, ecuatoriano de 43 años.

Salas Coveñas había ejercido hasta 2008 como secretario judicial en Lima. Pero se vio envuelto en la denuncia de una trama por la que acusó a su jefa, magistrada, de favorecer a un narcotraficante israelí en su condena.

La Policía madrileña no cree que lo ocurrido en Usera tenga que ver con ese turbio asunto; sin embargo, esa línea de investigación no está totalmente descartada, a tenor de que Salas Coveñas, en las distintas declaraciones prestadas ante el Grupo V de Homicidios insiste en que ahí está la razón de la “vendetta” contra él.

De acuerdo a los datos recogidos, el asesino llegó pasadas las cinco de la tarde. Se cree que es un cliente del despacho insatisfecho o alguien que quería cobrarse una de las muchas deudas económicas pendientes. Iba buscando al abogado. Preguntó insistentemente por él a las empleadas, hasta el punto de que una de ellas telefoneó a su jefe: “Venga para acá cuanto antes, porque un tipo extraño le busca”. “En un rato me acerco en mi moto”, respondió el peruano.

Pero el asesino no tuvo paciencia. Se metió en el baño, salió con una pequeña botella de gasolina y un cuchillo. Se enfrentó a las mujeres. Ellas sacaron una palanqueta de hierro que el abogado tenía en su despacho para defenderse. Pero el atacante fue más fuerte que ellas. Les arrebató la barra y la hundió en el cráneo de Elisa y en el cuello de Maritza. Jhon Pepe vio la muerte al acercarse a ayudar. Le clavó el cuchillo en la cabeza.

El asesino juntó a las tres víctimas, las roció con gasolina, las quemó junto a papeles y libros y huyó.

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