El abogado Ramón Ramírez Erazo inició hace unos días, a través de un medio de comunicación allegado a él, y de aparición casi clandestina, una agresiva campaña de ataque y desprestigio injustificado contra varios magistrados del Tribunal Constitucional. La presión de Ramírez sobre los tribunos está referida a casos que aún se encuentran en trámite, y que, en realidad serían solo una cubierta para ocultar su molestia por un reciente fallo del Tribunal que declaró infundado un proceso de amparo interpuesto por él contra la Universidad Nacional Mayor de San Marcos por una supuesta discriminación en la asignación de horas de clase como profesor principal de la Decana de América. La decisión del TC fue unánime porque no existió ninguna discriminación ni tampoco se vulneró su derecho al trabajo.