CADA COSA EN SU LUGAR

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Monseñor ArequipaUna gran polémica ha generado la iglesia católica el último fin de semana con el mensaje pronunciado por el arzobispo de Arequipa, monseñor Javier Augusto del Río Alba, quien al final de la misa de Semana Santa invocó a los feligreses no votar por Alfredo Barnechea ni Verónica Mendoza, porque “es pecado”. ¿La razón? Los candidatos presidenciales de Acción Popular y del Frente Amplio se han pronunciado a favor del aborto y de la unión entre personas del mismo sexo.

Coincidimos con el arzobispo cuando dice que su mensaje tuvo como finalidad defender principios religiosos, y está en todo su derecho porque esa es su misión como representante de una institución eclesiástica. Pero en lo que no estamos de acuerdo es que monseñor Del Río Alba utilice el púlpito de una catedral para hacer pronunciamientos políticos.

Porque eso es lo que hizo el representante de la iglesia católica, y no solo al mencionar los nombres de ambos candidatos presidenciales, sino al pedir a los feligreses, que no voten por ellos en los comicios del domingo 10 de abril. Ello, sin duda, tendrá un efecto a favor o en contra de los dos postulantes al sillón de Palacio de Gobierno.

Los argumentos que dio al día siguiente para defenderse de las críticas no lo eximen de culpa, porque su cuestionable intervención está grabada en un video que se difundió a través de las redes sociales y fue reproducido después por los canales de televisión.

“Yo no he dicho que voten por este u otro candidato”, respondió en una emisora local, pero las imágenes dicen lo contrario.

"No es mi posición, esa es la doctrina de la iglesia. Hay pronunciamientos de la doctrina de la iglesia, no de ahora, sino de hace mucho tiempo, que se refieren a estos temas. Votar a favor del matrimonio gay y el aborto es moralmente ilícito y eso, en lenguaje sencillo, es pecado", remarcó.

Puede que no sea su posición, eso lo aclarará la Conferencia Episcopal Peruana. Pero lo que no se le permite es inducir al voto a los ciudadanos amparado en su condición de clérigo, ni que utilice a la iglesia para hacerlo.

Si quiere participar en política como ciudadano está en su derecho, pero antes debe colgar los hábitos. No confunda la defensa de la doctrina católica con la  política. Recuerde que eso se le pidió en su momento al sacerdote Marco Arana, cuando aprovechaba su condición de religioso para intervenir en  cuanto conflicto social se presentaba. Y así lo hizo el ahora candidato a la vicepresidencia de la República por el Frente Amplio, quien dicho sea de paso no sabemos si comparte la posición de su lideresa Verónika Mendoza a favor del aborto y de la unión gay.

La polémica no solo se quedó en el mensaje de monseñor  Del Río Alba, pues los candidatos respondieron al ser consultados por la prensa. El ex presidente Alan García dijo no ser promotor del matrimonio gay y estar en contra del aborto. Pero sí se pronunció a favor de la píldora del día siguiente.

García ha pedido a la iglesia católica que se modernice y acepte la píldora del día siguiente, ya que “según la Organización Mundial de la Salud, al día siguiente o a las 48 horas después no hay lo que llamaríamos vida humana”.

De hecho que la polémica no quedará ahí. En los próximos días seguramente el cardenal Juan Luis Cipriani o algún representante de la Conferencia Episcopal se referirán a estos controversiales temas y tendremos un ocasional invitado en el debate electoral. Hasta mañana, amigos de La Primera.  

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