Christian Altamirano: El campeón de matemática logra el sueño de Yale

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Foto: Andina

    

Christian Altamirano Modesto era un escolar cuando en el 2015 ganó la medalla de oro en la Olimpiada Internacional de Matemática (OIM) en Tailandia. Luego obtuvo una beca en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Hoy cursa un doctorado en la mundialmente reconocida Universidad de Yale.

Christian no puede esconder la emoción que le embarga por estudiar en Yale, una universidad top mundial, de la cual han egresado los mejores talentos profesionales del ámbito internacional.

Para ingresar tuvo que pasar exigentes evaluaciones académicas y entrevistas, de las cuales salió airoso. También fue fundamental sus altas notas en el pregrado en Ciencias de Computación y Matemáticas, y su maestría en Ciencias de Computación en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

A sus cortos 24 años, cursa el primer año del doctorado. “Siempre fue un sueño estudiar en Yale…”, nos confiesa sobre este gigantesco paso en su vida profesional.

Destaca que sus compañeros del doctorado son apasionados y enfocados en sus objetivos laborales, sentimiento y dedicación que comparte en su totalidad.

“Mi grupo de investigación me gusta mucho, son personas a las que les apasiona lo que hacen; por eso trabajamos bastante. Este ambiente me mantiene muy motivado para continuar y luchar por mis sueños”, agrega al referirse a su día a día en Yale.

Y si bien su especialidad en el doctorado es Ciencias de la Computación, su tema de investigación es la verificación formal, el cual consiste en utilizar matemática y lógica para comprobar que un software funcione de forma correcta y así eliminar cualquier posible error que pueda presentarse.

También trabaja para lanzar su primera publicación académica en esta especialidad y espera concretarla este año.

De Google a Yale

Yale siempre fue su sueño y lo ratificó cuando desempeñó como ingeniero de software por once meses en Google, el gigante de Internet.

“La experiencia fue buena porque conocí a gente muy capacitada; éramos un buen equipo. Google me hizo sentir muy cómodo durante toda mi estadía”, indicó.

Sin embargo, esto no era lo que quería para su futuro, no se veía desarrollando herramientas internas de Google para ayudar a otros ingenieros de software a mejorar las aplicaciones de Iphone.

Christian quería algo más, quería Yale. Y lo consiguió.

La piedra angular

“Siempre veía que mis padres intentaban esforzarse lo más que podían”, señala al recordar la enseñanza más grande que le dejaron sus progenitores.

Ellos fueron una piedra angular para su vida y carrera profesional, pues el apoyo constante que le daban hizo que se sintiera con mayor motivación para desarrollar todo su potencial.

“Ellos me apoyaron en todo momento. Cuando gané la beca para estudiar en un colegio en Lima a los 10 años no dudaron en enviarme, sabían que era lo mejor para mi futuro”, enfatizó al evocar cuando dejó su natal Barranca para labrarse el camino del éxito y empezar a brillar en las competencias de matemática.

Empero, los primeros concursos que tuvo Christian no fueron de matemática, sino de ajedrez. Nos cuenta que disfrutaba de los retos mentales de esta disciplina.

Participar en las olimpiadas internacionales de matemática no solo le significaron resonantes triunfos, sino que también pudo abrir su mente a nuevas oportunidades y conocer jóvenes de otras nacionalidades.

“No sabía que el MIT existía y menos que era posible poder estudiar en una universidad en Estados Unidos; en realidad, no conocía a nadie cercano que lo hiciera. Fue gracias a la interacción con otros estudiantes en las olimpiadas que supe que era posible hacerlo, y así me animé a postular”, manifestó.

Y si bien el camino no ha sido fácil, Christian Altamirano ha demostrado que con mucho ingenio, inteligencia y empeño se pueden lograr muchas cosas, hasta las que uno sueña despierto. 

Vive en Connecticut, New Haven. En un futuro muy cercano se vislumbra continuando con la vida académica hasta llegar a ser catedrático en una universidad de prestigio de Estados Unidos, así como lo hizo el reconocido científico peruano Barton Zwiebach, uno de sus más grandes referentes.

“Es posible seguir una carrera académica en el extranjero, hay becas y oportunidades. Solo hay que ser esforzado y dar lo mejor de cada uno”, subraya al despedirse.

El esfuerzo es clave, es fundamental, recalca Christian, el joven talento peruano que aún recordamos feliz y victorioso cuando obtuvo la presea de oro en Tailandia en el campeonato de matemática.

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