La investigación denominada “Stop spoon dosing” realizada por científicos de la universidad de Cornell, en Nueva York, demostró que el riesgo de equivocarse en las cantidades se reduce un 50% con solo cambiar las “cucharitas” por unidades más precisas como los miligramos. Por ejemplo, según la investigación, cuando se usan cucharas pequeñas se tiende a servir un promedio de 8,4% menos de la cantidad recetada en los medicamentos, mientras que si se utilizan cucharas soperas se sirve un 11,6% en promedio más de la dosis recomendada.
Van Ittersum, líder principal del estudio, aseguró que cuando la información sobre la dosis viene dada en esas medidas las personas están más dispuestas a utilizar el dosificador. Normalmente equivocarse con la medición de los medicamentos trae consecuencias diferentes dependiendo de sus compuestos. Algunas veces equivocarse un 10% o un 20% en la dosis pasa desapercibido para el organismo, pero otras veces puede ser fatal.