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Después de correrse de la prensa la noche del miércoles, y negar todo sobre las denuncias de plagio de párrafos y páginas completas en su tesis doctoral presentada en 2009 a la Universidad Complutense de Madrid, el candidato presidencial
de Alianza para el Progreso (APP), César Acuña Peralta, ha optado por no dar explicaciones sobre el serio problema en que está envuelto y ahora no solo se hace la víctima, sino que ha soltado una artillería de ataques a sus adversarios.
Dicen que la mejor defensa es el ataque. Y parece que eso le han aconsejado sus asesores encabezados por el brasileño Luis Favre, cuestionado también por estar involucrado en casos de corrupción como el de Lava Jato, para evadirse del tremendo escándalo en que está envuelto.
Pero, ¿dónde está la ética señor Acuña? ¿Dónde está la moral? El líder de APP no es un candidato como los demás postulantes a Palacio de Gobierno. Es ante todo el propietario de tres universidades y ha sido rector con un título de doctor que habría obtenido con una tesis fraguada, plagiada, a la luz de las denuncias y las evidencias mostradas por quienes lo han descubierto ante la opinión pública.
¿Se imagina el daño que les está causando a los 200 mil alumnos de sus universidades? Varios de ellos se muestras avergonzado de decir que son de la César Vallejo. No solo eso, está subestimando a los peruanos al decir que no les interesan las tesis, sino la solución de sus problemas.
Es más, ayer aseguró que no renunciará a su candidatura presidencial y desafió al Jurado Nacional de Elecciones, al afirmar que el órgano electoral no puede excluirlo de los comicios generales hasta que la Universidad Complutense se pronuncie y le retire el título de doctor. “Y para eso falta porque es todo un proceso”, remarcó.
Claro, ese es el punto principal de su estrategia para mantener su candidatura y aspirar llegar al sillón presidencial. Dejar que pase el tiempo y ver si llegan a la Presidencia de la República. El congresista Mauricio Mulder alertó que en Colombia existe desde hace dos un caso de plagio de tesis que la misma Universidad Complutense no resuelve aún.
¿Se imaginan si estando ya con la banda presidencial, la citada casa de estudios determina que la tesis doctoral de Acuña es fraudulenta?
Solo el candidato de plata como cancha sabe en su conciencia la ver- dad sobre las denuncias contra sus tesis. El señor Acuña, si quiere lo mejor para el Perú debe ser honesto y anteponer a sus apetitos electorales. No queremos, en el hipotético caso que gane las elecciones, tener un presidente con una imagen manchada de fraude, de mentiras y estafa.
Pero no todo está perdido. En las urnas, el pueblo se encargará de dar su veredicto sobre el caso Acuña el domingo 10 de abril. Por eso, invocamos también a los 18 candidatos restantes que sean honestos, compitan con propuestas serias y coherentes para captar los votos de los casi 23 millones de electores que tendrán la responsabilidad de elegir al próximo jefe de Estado.
Digan con claridad que harán para resolver problemas urgentes como la inseguridad ciudadana, la pobreza, la caída de nuestra economía, la corrupción, etc.
Creemos que los candidatos deben dedicarse a pulir sus planes de gobierno y centrar la campaña en la discusión de propuestas, no de discursos mediáticos ni gestos para la tribuna. El país exige soluciones a sus principales problemas. Señores candidatos, no defrauden la esperanza del pueblo, ni lo subestimen. Hasta mañana amigos de la Primera
