CONGRESO REMOLÓN

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El presidente del Congreso Manuel Merino, estimó que en base a las participaciones que se oyeron en el pleno el jueves 13 de agosto, como parte de la interpelación al ministro de Educación, Martín Benavides, no se llevaría a cabo algún intento de censura en su contra, al menos hasta el cierre de esta edición.
Con esta última declaración parece quedar cerrado el acto interpelatorio, que sumado al voto de confianza, se resumen como las dos últimas acciones más alaracosas del Congreso, como trámites protocolares en la práctica sólo sirvieron para hacerle perder el tiempo al Poder Ejecutivo.
Sin duda alguna, los parlamentarios recientemente elegidos, a juzgar por su comportamiento en sus obligaciones congresales, expresan que están totalmente fuera de la realidad. Parecen no darse cuenta de la dramática situación de emergencia nacional por la que atraviesa el país.
La censura al gabinete Cateriano, la designación de su reemplazo, los preparativos y el trámite de la nueva solicitud para el voto de confianza, han demandado la atención y el tiempo del todo el Consejo de Ministros, distrayéndolos de sus obligaciones urgentes para cumplir con los requisitos que obliga la ley, y tanto ajetreo para lograr una aprobación mayoritaria sin inconvenientes, y sobre la interpelación a Benavides digamos que se desinfló sola.
El cable a tierra para conectar a los congresistas con la realidad de sus regiones y la del país, se los ha puesto hábilmente el premier Walter Martos, sin que ellos se den cuenta. Martos los ha sacado de la comodidad de sus sillones frente a sus lap top, para ponerlos en acción a la par y al ritmo de los ministros que integran al Poder Ejecutivo. Bien jugado general.
Y es que, en mi humilde opinión, la masa congresal ha subestimado la habilidad estratégica de Martos. El perfil bajo y silente del militar ha jugado a su favor. En vano no es un soldado de carrera, con conocimiento profundo y cultura política universal. Sin que se den cuenta los ha comprometido públicamente a que demuestren su amor a sus regiones y al país compartiendo viajes de trabajo y hasta responsabilidades colaterales por ser padres de la patria. Uy curuju, como reza una expresión popular.
Y es que Martos ya se las traía, desde que conformaba el gabinete Zeballos, el liderazgo innato lo desbordaba con iniciativas y pronunciamientos sobrios, sobre temas que correspondían a ser abordados por el jefe del gabinete, tal fue el caso sobre la ampliación del toque de queda, que causó un desencuentro en ese momento.
Pero para retomar el tema de la actuación de nuestra representación parlamentaria nacional, el jueves último, con la ronda de preguntas desnutridas en la interpelación del ministro de Educación, Martín Benavides, no han hecho otra cosa más que acojinarlo en su sillón ministerial, además de gastar los recursos del estado y hacernos perder el tiempo.
Muchas de las preguntas eran las mismas y/o “volteadas” de las que la Comisión de Educación del Congreso le hizo al ministro en citaciones anteriores, las preguntas calientes en realidad las tienen los medios periodísticos. Escribiendo en términos de tauromaquia, Benavides les metió un paseíllo y se llevó orejas y rabo en una faena deslucida y aburrida.
En conclusión, el pedido de voto de confianza de Cateriano, su posterior censura, el nuevo pedido de confianza del actual premier Martos, y el mamotreto de interpelación de ayer, lograron distraer al Ejecutivo de sus obligaciones por casi 20 días, habría que ver las cifras para saber cuál fue el daño colateral de estas prácticas políticas parlamentarias, pagadas por el todos nosotros los contribuyentes.
Entre los perjuicios intangibles se encuentran las docenas de peruanos que han muerto en estos 20 días por el covid 19, debido a inacciones o acciones operativas retrasadas en la lucha por enfrentar la pandemia, que se debieron cumplir en base a decisiones ministeriales que no se lograron a tiempo, por estar obligados a resolver prioritariamente el tema del voto de confianza.
El egoísmo y los intereses políticos de los integrantes de este parlamento complementario, han jugado en contra de los avances en la lucha contra el nuevo coronavirus y los esfuerzos por la reactivación económica. Ahora es responsabilidad de la ciudadanía recordar sus nombres y sus caras, porque esos mismos rostros van a estar en la palestra política buscando nuevos votos para las elecciones regionales y municipales del año 2022.
Hay que interesarnos en la política, así nos desagraden los protagonistas, nuestra indiferencia es el caldo de cultivo para que malos peruanos legislen en contra de los intereses de más de 30 millones de compatriotas. Asumamos nuestra responsabilidad como ciudadanos y seamos exigentes con los representantes a quienes les damos nuestro voto. Eso es todo por hoy, hasta la próxima semana mis amigos de Primera.

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