Cuidado con la miopía en nuestros hijos pequeños

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Si su pequeño hijo se queja de frecuentes dolores de cabeza, se frota a menudo los ojos, se esfuerza por ver algo que está cerca o lejos y su rendimiento escolar decae es muy probable que sufra de miopía o astigmatismo.

En el caso de menores de edad, especialmente en infantes de 2 a 6 años, es más difícil detectar dificultades en la vista, señaló el doctor José Benítez Falconí, médico oftalmólogo. Las estadísticas estiman que uno de cada cuatro niños presenta miopía.

No existe una edad establecida para empezar a ser miope, defecto de la visión que impide ver bien algo que está lejos. En los más pequeños pasa inadvertido, porque el medio en el que se relacionan es el entorno más cercano: tienen los juguetes muy cerca, al igual que los amigos en el parque.

El doctor Benítez aclara que los síntomas de baja agudeza visual no son específicos de la miopía, pero explica cuáles serían los más frecuentes: "Si su niño se queja porque no ve la pizarra o los juguetes más cercanos, sufre dolores de cabeza, no reconoce a sus padres cuando están a una distancia considerable o entrecierra los ojos para ver mejor. Este último es el gesto más típico de las personas miopes".

En el caso de los menores en edad escolar, muchas veces se puede presumir la enfermedad cuando bajan su rendimiento académico; pero también es frecuente que aparezca al dar estos el estirón entre los 10 y 12 años. Cuando ellos crecen, también lo hace la miopía.

Por otro lado, la miopía es hereditaria. “En familias con defectos de gradación de la visión conocidos en los padres sería recomendable una revisión antes de los 4 años, aunque sean asintomáticos”, afirma el doctor Benítez, especialmente si uno de los progenitores tiene miopía severa (más de seis u ocho dioptrías).

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