Cuidado con lo que come cuando va a la playa

Medidas de salubridad son básicas en esta temporada

La alimentación y el mar pueden ser una combinación de riesgo; en ese sentido, la manera de alimentarnos es un factor decisivo para una estadía segura y placentera. Para ello, lo mejor es acudir a un restaurante cercano y no comer en la misma playa, con los platos expuestos a la arena y a las altas temperaturas. Recordemos que alimentos preparados, como los pescados y mariscos, se descomponen con suma rapidez (45 minutos, en promedio) con el aire y el sol.

Si estás en un restaurante, debes ordenar una preparación ligera y esperar al menos una hora antes de volver a entrar al agua. Así, evitaremos posibles náuseas e incómodas punzadas en el estómago, producto de una mala digestión.

También se aconseja no ingresar al agua luego de haber tomado bebidas alcohólicas, pues la coordinación y los reflejos de la persona pueden estar disminuidos. Y para redoblar nuestra seguridad, antes de nadar, debemos cerciorarnos de que haya un salvavidas cerca; y que en caso de una emergencia, debemos alertarlo y no intentar una solución por nuestra cuenta.

Otra observación es: si llevamos alimentos a la playa, hay que restringirse a sánguches y bocaditos. Si el relleno son verduras y complementos con proteína animal (atún, jamón, queso, pollo), estos deben ser llevados en recipientes de vidrio y conservados en frío en un cooler. Con ello, se disminuye el riesgo de una contaminación. Además, limitemos todo lo posible el tiempo que transcurre entre la elaboración del sánguche y su ingesta.