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La presidencia de la República es un cargo que recae en la persona que obtiene la preferencia mayoritaria del electorado en unas elecciones generales. Es el cargo público más importante y de mayor responsabilidad de la Nación. Sobre los hombros del presidente recae el poder político para disponer del destino de los 30 millones de peruanos que residimos en el territorio nacional al menos por un quinquenio. Por tanto requiere mucha responsabilidad y sobre todo un manejo serio. Pedro Pablo Kuczynski es el virtual presidente del Perú y esta semana que ha pasado ha tenido un manejo poco serio en el tratamiento de informar sobre la identidad de su próximo primer ministro. En tono serio y adusto al respecto dijo: “El (próximo) premier va a ser hombre, es independiente, es joven y es gordito”.
El nombre del próximo presidente del Consejo Ministro siguió siendo un misterio. Y la mañana del miércoles pasado el electo presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, despistó más a los medios que le pidieron si podía dar más datos de quien liderará su gabinete. Y ante la pregunta: ¿Cómo será el próximo presidente del Consejo Ministro? , dijo: “Tiene pelo verde, aretes y toca guitarra, ja, ja, ja”. Más tarde Mercedes Aráoz, segunda vicepresidente electa de PPK, aseguró que el virtual presidente aún no había decidido quién será su premier. La también congresista electa aclaró que la declaración de Kuczynski fue solo una broma.
Al parecer los vapores de la apretada victoria electoral le han despertado el buen humor y el talante poco serio a PPK. Debe estar entusiasmadísimo por el resultado de las encuestas de aceptación que lo sitúan sobre el 50%, lo cual lo ha puesto animoso al grado de irse a ver en vivo el Inti Raymi al Cusco, disfrazarse a la usanza inca como si estuviese aún en campaña electoral. Creo sinceramente que el Perú no está para bromas. Y no hay tiempo que perder, el trabajo del nuevo Gobierno deberá concentrarse en armar su plan para los primeros 100 días. La luna de miel con la población puede que no dure mucho y por eso su meta debe ser mostrar algunos resultados rápidamente.
En materia económica la primera labor del nuevo gobierno debe ser recuperar la velocidad de crecimiento. Todas las reformas destinadas a cumplir este objetivo deberían iniciarse en las primeras semanas. Además, deben revisarse los proyectos de inversión que están a mitad de camino, paralizados por razones burocráticas y destrabarlos, entre ellos Línea 2 del Metro, la ampliación del aeropuerto Jorge Chávez, proyecto Majes-Siguas II, etcétera. Y priorizar las obras públicas de calidad que aún no se hayan iniciado.
Asimismo, deberá evaluar las iniciativas del Gobierno actual y continuar con las mejores, como la reforma educativa, el proceso de diversificación productiva y los programas sociales. En materia de seguridad ciudadana, deberá lograr un trabajo coordinado entre Policía, Fiscalía y Poder Judicial para que la labor de los tres estamentos sea más efectiva y le dé la tranquilidad necesaria a la población.
En materia anticorrupción, será necesario dotar a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de facultades y funciones fiscalizadoras y sancionadoras para los casos de infracciones a la regulación en lavado de activos asociados a la corrupción. Por otro lado, debe buscar un mecanismo eficiente para que el trabajo entre los gobernadores y el gobierno central sea lo más fluido posible y así tratar de evitar, en lo posible, los conflictos sociales.
Una cosa es el buen humor y otra cosa es intentar bromear con temas serios. Ello es de mal gusto y además crea precedente para que sus declaraciones a futuro tengan que ser reconfirmadas por sus vicepresidentes, en base a lo sucedido se podría suponer que en el futuro, ante un hipotético anuncio de aumento de sueldo, pueda salir al día siguiente su vicepresidenta a decir que fue una broma del Día de Los Inocentes. Está bien que el cambio de mando se dé en el mes de julio, mes circense por tradición, pero el Perú no está para payasadas. Hasta la próxima semana mis amigos de La Primera.
