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Dicen que el chileno Gerardo Sepúlveda atraviesa un cuadro serio de depresión, luego de que se vieran frustrados sus reiterados intentos por volver a su país. En realidad esto empezó al amanecer del lunes 27 de abril, cuando fue bajado del ‘vuelo humanitario’ fletado por su embajada en el que pensaba poner rumbo al sur, aprovechando que el sábado 25 había vencido la restricción de dos meses que le impuso el juez Richard Concepción Carhuancho para que contase todo lo que sabía sobre los pagos de Odebrecht a Westfield Capital, la empresa de Pedro Pablo Kuczynski (PPK). ¿Y ahora?
