Entrevista a Javier González-Olaechea, doctor en Ciencia Política, experto en gobierno e internacionalista

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P. Doctor González-Olaechea, a través de sus artículos y entrevistas es percibido como un enemigo del gobierno, ¿es cierto?.

R. Escribo con regularidad y ofrezco entrevistas basadas en hechos de público conocimiento, en resultados oficiales. Jamás insulto. No soy enemigo del gobierno, en todo caso soy un adversario que no alberga odio ni voluntad de revancha. Crítico y también hago propuestas desde la teoría y desde la observación de lo que funciona en otras partes. Apuesto por el diálogo y los consensos. Casi todo queda allí.

p. ¿Cómo observa el desempeño del presidente?

R. Conforme él mismo lo expresa, con poco conocimiento y escasa experiencia en la gestión de los asuntos públicos y de la política como arte de generar empatía política en función de objeticos nacionales. Es muy desconfiado.

P. Desde que asumió el presidente ha contado con una oposición parlamentaria que no le da tregua. ¿Qué debería hacer?

R. En su pregunta se encuentra la respuesta más certera. Entender que la primacía de la realidad se impone respecto a que no puede cambiar todo y de golpe. Hay instituciones que sí funcionan. Si no tiene mayoría en el congreso debe reconocer la voluntad del voto que se expresó el año pasado. Por ende, está obligado a dialogar, acordar y formar gobierno como en muchas democracias modernas.

P. Pero el presidente se queja de un obstruccionismo casi sistemático desde el congreso. Fíjese que se han aprobado leyes por insistencia.

R. El congreso ejerce una prerrogativa constitucional producto de la votación de los ciudadanos forma parte dediseño democrático que nos singulariza.

P. Es la democracia del número, ¿acaso está bien?

R. ¿ Qué otra democracia conocemos que no predomine la mayoría de votos?.En una junta de accionistas se aprueba lo que la mayoría desea, no lo que prefiere la minoría. Dicho esto, hay que agotar esfuerzos por asimilar propuestas de las minorías porque el país no es una torta de cumpleaños y menos una piñata de extremistas.

P. Entonces ¿así nos pasaremos hasta el 2026?

R. No necesariamente. Para eso existe la política, hay que concertar y ejecutar lo acordado. La democracia representativa nos ofrece la oportunidad de sumar y no de restar. Claro, siempre y cuando el gobierno y su bancada quiera hacerlo de verdad y no sólo enunciándolo devaluando su palabra.

P. A ocho meses de gobierno ¿qué propuestas podría Usted ofrecer para bajar la tensión que casi todo paraliza?

Ya hice y varias, trabajo en algunas. Debemos reformar el régimen parlamentario, potenciar al máximo la reforma digital para que todos los procesos públicos posibles sean digitales,  la reforma del estado para racionalizarlo y repotenciarlo, ejecutar la simplificación normativa vía la derogación, la homologación y la simplificación de las miles de normas que se emiten en los distintos niveles de gobierno, concebir la reforma educativa teniendo como modelo la educación finlandesa, debemos poner énfasis en la reforma del sistema de coberturas sociales dando prioridad al binomio pobre/familia, legislar  para una correcta consulta previalegislar mejor el trabajo y finalmente afrontar la seguridad nacional desde un solo prisma que responda al nuevo mapa de las amenazas transfronterizas y nacionales. Como ve hay mucho por hacer y sí se puede.

P Pero si Usted afirma que sí se puede, ¿por qué no se hace?

R. Por falta de una visión integral e integradora del país y dado que el gobierno y los principales actores políticos carecen de voluntad política. Es mejor pescar en el caos que cosechar en tierras sembradas con buenas semillas.

P. ¿Cómo califica nuestra democracia?

R. De baja intensidad, pero todavía resistente a los embistes de los poderosos de toda índole.

¿Y qué pasa con nuestro sistema electoral y político que reproduce tanto candidato?

R. Está mal diseñado y peor ejecutado. Es una coladera muy fácil de aprovecharla indebidamente.

P. ¿Qué habría que hacer para que sea bueno y útil?

r. Legislar para el 2026 y pasa el 2031. Los reformadores nunca se reforman a sí mismos. No somos escandinavos. Deberíamos incorporar el acceso al internet como derecho constitucional, establecer un régimen parlamentario bicameral y diferenciado, cambiar el ciclo anual del presupuesto público, reformar la regionalización porque no funciona, establecer el voto voluntario, garantizar la custodia de los votos por parte del ministerio público o de las fuerzas armadas,  definir bien y regular claramente la vacancia presidencial y la cuestión de confianza, reestablecer la reelección parlamentaria, introducir la revocatoria del mandato legislativo, fijar la participación del tribunal constitucional antes de firmar o ratificar un tratado internacional y así podría continuar. Todo es posible.

P. Estamos frente a un proceso de vacancia presidencial, ¿considera Usted que hay causales como para vacar al presidente?

R. Se vaca la presidencia, no al presidente. Cuando se señala que en una empresa hay vacantes, nos referimos al puesto, al cargo.  El presidente no ha escogido ministros por sus reconocidas competencias profesionales y su probidad. Ha habido excepciones, pero los cuatro presidentes del consejo de ministros de este gobierno desconocieron la constitución. Ella es taxativa, el presidente designa ministros a propuesta del titular del gabinete designado. Hemos observado improvisación, pago de favores, designaciones de personas con cuentas pendientes con la justicia. La responsabilidad es del presidente.

P. Frente a este proceso de vacancia, ¿de no prosperar, ¿qué puede pasar o hacerse?

R. Ya de la propia concurrencia con un amplio pliego de cuestionamientos, librado o no, el presidente saldrá debilitado políticamente. Responder a ocho meses de gobierno contra las cuerdas es traumático para el país y para él. Si no alcanzan los famosos 87 votos, debe aprender la lección y pensar que el futuro de su gobierno, si no hace un giro radical y se rodea de capaces y honestos, transitará en un puente colgante, al aire libre y con tormentas permanentes.  Que entienda el presidente lo que la realidad le horada en la nuca. Que forme gobierno convocando mejores personas siendo radical con los impresentables. Hay mucho talento peruano aquí y en el exterior.

P. La izquierda lo percibe con un teórico liberal, ¿qué contesta Usted?

R. Que no conocen el camino político, académico y profesional que he recorrido en 44 años.  Soy un liberal muy consciente de las necesidades sociales, que conozco muy bien nuestro país y que no soy un neo demócrata.Participé de la fundación del movimiento Libertad, presidí la comisión de reforma del estado en el plan de gobierno de entonces, me opuse radicalmente al autogolpe del 5 de abril, que, convocado por don Javier Pérez de Cuéllar a apoyar su candidatura presidencial, hice aportes sustantivos a una propuesta de casi 20 puntos concertados para recuperar la democracia y dotarla de contenido programático atacando los problemas reales del país con visión de conjunto. Todo está documentado en mi web.

P. La Comisión de la verdad y Reconciliación pretendió cerrar heridas. Hoy se acusa al gobierno de resucitar senderistas.

R. El peruano a veces es amigo de lo ajeno. Producido el secuestro y asesinato de la Cantuta, yo anuncié en el diaria La República, que los huesos enviados a Londres para su reconocimiento eran del profesor y de los nueve estudiantes. Gisela Ortiz, hermana de un alumno y hoy ministra, me pidió que hablara en la casona de San Marcos en nombre de los deudos. Acepté y propuse,citando otros ejemplos, que se creara una comisión de la verdad. Guardo el texto de mi discurso. Fue el 31 de agosto de 1994.Después se apropiaron de la iniciativa y jamás fui consultado por la muy publicitada y desbalanceada Comisión de la Verdad y de la Reconciliación. Ni se dijo toda la verdad ni tuvo por vocación reconciliar. Hay legiones de peruanos que han hecho carrera a costa de Alberto Fujimori, culpable de horrendos delitos, pero no de lesa humanidad. También tuvo aciertos. En su gobierno se capturó al sanguinario Abimael Guzmán, se potenció la economía, con sacrificio cerramos la frontera con Ecuador y sellamos la paz y, lo que no es poco, recuperamos con vida a cientos de secuestrados en la residencia japonesa.

P. Finalmente doctor González-Olaechea, ¿Usted descarta participar en política o espera su oportunidad?

R. La vida me ha enseñado que descartar es una opción negacionista. Oportunidades he tenido y buenas, pero no aceptaron mis condiciones sobre la transparencia en la obtención y gestión de fondos para una campaña. El Perú de hoy me duele porque hemos confundido crecimiento con desarrollo mirándonos el ombligo con lupa de aumento y porque la pandemia ha golpeado a los más carentes. Estamos saliendo del covid pero no encontramos el camino de la superación y sí existe. Debe ser disruptivo.

Gracias

A Usted.

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