Fiebre mundial por el matcha genera escasez y sube precios en Japón

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La demanda global desborda la producción artesanal del té verde japonés, afectada además por el cambio climático y el envejecimiento rural.

La creciente popularidad internacional del matcha, un tipo de té verde en polvo de origen japonés, está generando una presión sin precedentes sobre los productores locales. El fenómeno, estimulado por tendencias en redes sociales y un repunte del turismo en Japón, ha derivado en una reducción significativa del suministro, alzas de precios y medidas restrictivas por parte de minoristas para controlar el consumo.

Una demanda que desborda la oferta

Según explicó Lauren Purvis, directora de Mizuba Tea Co., empresa importadora de matcha en Estados Unidos, la demanda ha aumentado de forma tan acelerada que lo que antes era inventario suficiente para un mes, ahora se agota en cuestión de días. “Algunas cafeterías incluso piden un kilo diario. Están desesperadas por mantenerse al día”, declaró a la BBC.

Este fenómeno ha sido potenciado por la etiqueta “Matcha Tok” en TikTok, que acumula decenas de millones de visualizaciones. Influencers, marcas y consumidores comparten recetas, reseñas y recomendaciones que han contribuido a expandir el atractivo del producto más allá del público tradicional del té.

Producción artesanal bajo presión climática

El matcha se elabora mediante un proceso artesanal complejo que comienza con el cultivo de hojas de té verde (tencha), las cuales se cultivan a la sombra durante semanas para preservar su sabor umami. Estas hojas luego se secan y se muelen con molinos de piedra, capaces de producir solo 40 gramos de polvo por hora.

Sin embargo, factores climáticos extremos están impactando directamente en esta producción. En Kioto, región responsable de aproximadamente una cuarta parte del tencha japonés, las olas de calor han reducido drásticamente los rendimientos agrícolas. A esto se suma la escasez de agricultores jóvenes, en un contexto de envejecimiento demográfico del país.

Escasez en tiendas y racionamiento

En ciudades como Uji, tradicionalmente asociadas con la cultura del té, los establecimientos han comenzado a restringir la cantidad de matcha que pueden adquirir los clientes. Atsuko Mori, directora de Camellia Tea Ceremony, indicó que los visitantes a sus tiendas se han duplicado en el último año y que ahora solo pueden vender una lata de matcha por persona.

De igual forma, Rie Takeda, representante de Chazen —una cadena de ceremonias de té en Tokio—, reportó demoras de hasta una semana en pedidos que antes se despachaban en pocos días. “Hemos tenido que aumentar nuestros precios en un 30 % para cubrir la escasez”, añadió.

Un impulso económico con tensiones

A pesar de los desafíos, la fiebre por el matcha también ha generado resultados positivos. El Ministerio de Agricultura de Japón informó que la producción de matcha se triplicó entre 2010 y 2023, mientras que las exportaciones de té verde, incluido el matcha, crecieron un 25 % solo en el último año, alcanzando los 250 millones de dólares.

No obstante, la reciente imposición de un arancel del 15 % por parte de Estados Unidos a productos japoneses, como parte de un nuevo acuerdo comercial bilateral, podría impactar negativamente a los exportadores. “No hay industria local de té japonés en EE.UU., por lo que no debería aplicarse este tipo de medida proteccionista”, sostuvo Purvis, cuya empresa ha registrado un aumento del 70 % en pedidos antes del cierre del acuerdo.

Consumo responsable y futuro incierto

El auge del matcha ha desatado también un llamado al consumo consciente. Organizaciones como la Asociación Global del Té Japonés recomiendan reservar el matcha de mayor calidad para su uso tradicional y emplear variantes de cosechas tardías para cocina o bebidas. “Promover el conocimiento de estas diferencias ayuda a garantizar que el té japonés se disfrute con respeto”, expresó la entidad en un comunicado.

Masahiro Nagata, cofundador de la cadena Matcha Tokyo, anticipa una posible estabilización en el mercado: “El auge continuará por un tiempo, pero creemos que en dos o tres años la demanda se moderará”.

Análisis final

La moda global del matcha ha evidenciado tanto el potencial económico como las vulnerabilidades estructurales de una industria profundamente enraizada en la tradición. Mientras crece el interés mundial por este té japonés, el equilibrio entre oferta, sostenibilidad y respeto cultural se perfila como el principal reto a futuro para productores, consumidores y autoridades.

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