Evite estar sola en la multitud, opte por bebidas enlatadas, use el código QR para emergencias: en Rio se multiplican las recomendaciones a las mujeres para estar a salvo durante el carnaval, cuando se disparan las agresiones.
La «cidade maravilhosa», que el viernes inauguró oficialmente su fiesta más emblemática, es escenario de aglomeraciones callejeras, los tradicionales blocos, a veces de cientos de miles de personas.
Pero en paralelo al baile, la música y la desbordante alegría, se desatan los asedios y aumentan las violaciones.
Una encuesta reciente del Instituto Locomotiva de investigaciones reveló que en Brasil siete de cada diez mujeres (73%) temen ser acosadas sexualmente durante las celebraciones.
El sondeo, realizado en enero entre 1.500 personas, mostró que la mitad de las mujeres (50%) sufrieron agresiones en ediciones anteriores del carnaval.
La explicación se resume en dos palabras: alcohol y machismo, según Erica Paes, especialista en seguridad de mujeres.
«Los hombres se creen con derecho y poder sobre el cuerpo de la mujer», dice a la AFP Paes, quien además es campeona mundial de MMA (artes marciales mixtas).
Ella creó y coordina el programa Empoderadas, del gobierno del estado, que redobló esfuerzos estos días para informar sobre cómo comportarse, qué situaciones evitar y, en caso de ser víctima de violencia, dónde acudir.
«La divulgación es hoy la principal herramienta de protección de la mujer, para que sepa que puede ser víctima de violencia y que tiene a quién acudir en busca de ayuda», sostiene Paes.
Información es poder
Brasil aprobó en diciembre la ley «Não é Não» (no es no), que establece un protocolo obligatorio en espacios de diversión para proteger a la víctima de abusos, alentar las denuncias y preservar eventuales pruebas.
La norma está inspirada en la catalana No callem (No callemos), que hizo posible llevar a juicio al futbolista brasileño Dani Alves tras ser acusado de violar a una mujer en una discoteca de Barcelona.
«Difundamos la información que salva vidas y reforcemos (la idea de) que después de decir no, es acoso», dijo en un comunicado Joyce Trindade, de la Secretaría de la Mujer de la Prefectura de Rio, responsable de la campaña Carnaval+Seguro.
Este año hay puestos de atención a mujeres agredidas o que se sientan en peligro en el Sambódromo y la avenida Intendente Magalhães, otra pasarela de grandes desfiles.
Códigos QR con información (en cuatro idiomas) sobre cómo y dónde buscar ayuda pueden consultarse en muchos espacios públicos, como los baños del Sambódromo y de los blocos.
En autobuses, tranvía o vagones de metro, que se abarrotan también durante las fiestas, es posible cruzarse con algún equipo de Empoderadas dando consejos a las usuarias.
Uno importante: si van a beber, asegúrense de estar en un grupo de amigos. «Desafortunadamente, a veces el peligro aguarda al lado», sentencia Paes.
El gobierno de Brasil también lanzó una campaña por el respeto a las mujeres y ofrece llamar al 180 para emergencias.
«No resuelve el problema»
En las afueras del hospital psiquiátrico Nise da Silveira, en el norte de Rio, crece la algarabía mientras se ultiman los detalles para la salida de su tradicional bloco Loucura Suburbana.
Entre los centenares de fiesteros se mezclan unas diez mujeres de violeta y purpurina de la campaña Carnaval+Seguro, que reparten pegatinas y abanicos con las frases «Respeta a las chicas» y «No es No».
Pero para algunas, es insuficiente.
«Las campañas aún no dan cuenta de la gravedad de la situación de las mujeres en el carnaval», lamenta Danielle Ribeiro, de 38 años, que participa en el bloco.
«Es mejor que nada, pero creo que por sí sola no resuelve el problema», dice a la AFP esta historiadora, que cree necesario poner más lugares para denunciar y castigos más severos a los abusadores.
Los hombres «deben construir otra forma de estar en el carnaval».