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Onomástico N° 76 de Alejandro Toledo podría ser el último en los EE.UU.
Guerra en Ucrania hace que John Blinken postergue repatriación para que encare condena de 20 años y 6 meses de prisión.
Alejandro Celestino Toledo Manrique nació hace 76 años envuelto en una mentira, pues fue inscrito el 28 de marzo de 1946 en el centro poblado de Cabana, aun cuando había nacido en la comunidad de Ferrer, ambos en el departamento de Ancash.
Tal vez los ajetreos que han marcado la vida del ex presidente peruano hayan tenido que ver con el hecho de que viera la luz en la serranía ancashina apenas seis meses después de concluida la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
El octavo hijo de Anatolio Toledo y Margarita Manrique, en una camada de 16 hermanos, siempre quiso un bienestar económico que le fue esquivo, hasta que en su último año en la Gran Unidad Escolar San Pedro de Chimbote consiguió una beca para la Universidad de San Francisco (EE. UU).
Ahora, 76 años después de su nacimiento ambiguo en Ancash, Alejandro Toledo debe volver, pero no por la nostalgia del terruño si no por un pedido de extradición avalado por el juez norteamericano Thomas S. Hixon para que responda por los sobornos de US$ 35 millones captados de Odebrecht.
El secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony John Blinken, deshojaba margaritas en este caso, hasta que le estalló en las manos la invasión rusa a Ucrania, con lo que el tema Toledo Manrique cayó a lo más profundo de un cajón de su escritorio.
Pero su cumpleaños número 76 no será para el ex presidente peruano ni la sombra de los anteriores, recluido y enfermo como dicen que está en su departamento del 2225 de Sharon Road, Menlo Park, en California, donde es monitoreado por un grillete electrónico adherido a su tobillo derecho.
Este proceso de extradición contra Toledo ha sido gatillado bajo el cargo de haber recibido un total de US$ 35 millones de la empresa brasileña Odebrecht por la adjudicación de las obras de la Carretera Interoceánica Sur. La Fiscalía ha pedido 20 años y seis meses de prisión en su contra.
Una de las últimas diligencias de este proceso fue la manifestación escrita cursada el 18 de noviembre por el alguacil Donald O’Keefe a la jueza Laurel Beeler, para descargar la acusación de detención ilegal hecha por Toledo Manrique.
El ex mandatario peruano permaneció detenido ocho meses en la prisión Maguire de California, pero luego fue liberado por orden del juez estadounidense Thomas S. Hixson ante el avance de la pandemia del coronavirus.
Celestino Toledo afronta además un segundo proceso de extradición por compras inmobiliarias millonarias vinculadas al caso Ecoteva, en el que también están involucradas su esposa Eliane Chantal Karp Fernenbug y su suegra, la ciudadana belga Eva Rose Fernenbug.
En este último proceso, la Fiscalía ha pedido 16 años y 8 meses de cárcel para Alejandro Toledo y Eliane Karp por la adquisición irregular de oficinas en la exclusiva Torre Omega y una residencia en la urbanización Camacho.
Se sabe que Alejandro Celestino Toledo Manrique ha ingresado y salido varias veces de hospitales norteamericanos tanto para tratar la fractura del hombro derecho que sufrió a consecuencia de una caída en su residencia de Menlo Park, como por un fuerte proceso depresivo.
