Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el excesivo consumo de sal es junto con el de tabaco, una de las principales causas de hipertensión arterial, enfermedad crónica estrechamente vinculada con complicaciones cardíacas de diversa naturaleza. La sal en demasía también está detrás de males como cáncer de estómago y osteoporosis.
Ante esta afirmación, vale preguntarse a cuánto deberíamos reducir nuestro consumo diario de sal. De acuerdo con la OMS, este no debería sobrepasar los seis gramos en los adultos, que equivalen, a 2,4 g de sodio, elemento químico necesario para el funcionamiento del organismo, pero, al mismo tiempo, principal responsable de la hipertensión arterial.