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Los resultados extraoficiales de las elecciones generales de ayer nos deja una primera lectura: Habrá segunda vuelta debido a que ninguno de los candidatos presidenciales alcanzó el 50 por ciento más uno de los votos.
Keiko Sofía Fujimori (Fuerza Popular) se afianzó en el primer lugar bordeando el 40% de la votación, y por tanto ganó uno de los boletos para estar en la segunda vuelta electoral. El otro contendor está todavía en veremos, debido a que tanto Pedro Pablo Kuczynski (Peruanos por el Kambio) y Verónika Mendoza (Frente Amplio) luchan voto a voto el segundo cupo, aunque con ligera ventaja del primero.
Habrá que esperar los resultados al cien por ciento en la votación presidencial, que la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe) asegura los tendrá esta noche, para conocer oficialmente quién será el competidor con Keiko Fujimori en la segunda vuelta a celebrarse el próximo 5 de junio.
Y la historia para este balotaje, sin duda, será totalmente distinta. Es prácticamente como empezar de nuevo y las proyecciones para una eventual segunda vuelta que dieron las encuestadoras en la primera votación, no servirán de nada. ¿Por qué? Porque cada candidato tendrá que replantear su estrategia para captar los votos de los otros postulantes.
Será una etapa en que tendrá mucha importancia las propuestas para resolver los principales problemas del país, para que quienes no votaron por ellos en la primera vuelta, puedan darles el aval que necesitan para llegar al sillón de Palacio de Gobierno. De hecho, no faltarán los puyazos entre uno y otro, pero lo que debe primar, además de la exposición de sus planes de gobierno, será mostrar también a sus cuadros, equipos de técnicos y profesionales que acompañarán al próximo presidente de la República.
La segunda lectura es el bajo respaldo que han tenido los partidos históricos como Acción Popular que está en 7% y la alianza Apra-PPC que apenas pasó la valla electoral. Estas tres agrupaciones tendrán que reformularse, renovar cuadros y forjar nuevos líderes para ganar nuevamente protagonismo en las futuras contiendas electorales. Los próximos comicios municipales y regionales de 2018 serán la oportunidad para verificar si el trabajo que deben realizar ya, desde sus bases, será el termómetro para medir sus posibilidades en las elecciones generales de 2021.
Otra lectura que deja la votación de ayer es la virtual desaparición de Perú Posible, el partido que fundara Alejandro Toledo, que ayer tocó fondo y apenas logró superar el 1%, superado incluso por el apresado ex gobernador de Cajamarca, Gregorio Santos.
La votación parlamentaria también dejó un hecho concreto: Quien sea nuevo gobierno no tendrá mayoría absoluta en el próximo Congreso de la República. El fujimorismo lograría 61 curules y de llegar al poder le faltaría poquísimo para superar la mitad. Muy alejados están Peruanos por el Kambio que contaría con 25 congresistas y el Frente Amplio con 20 congresistas, y la tendrían mucho más difícil para gobernar, pues necesitarán mucha muñeca para concertar con otras bancadas. Alianza para el Progreso tendría 10 parlamentarios, Acción Popular 8 y Alianza Popular 6. Sin duda, la concertación de fuerzas debe ser la bandera a flamear en el próximo Parlamento si se quiere alcanzar la gobernabilidad que el país necesita.
Pero lo más importante, terminada la jornada electoral de ayer, es que el principal ganador ha sido el Perú y nuestra democracia, pues el pueblo peruano nuevamente se comportó a la altura de las circunstancias y acudió masivamente a cumplir con su deber ciudadano. El jefe de la misión de observadores de la OEA, Sergio Abreu, consideró que el proceso electoral estuvo bien organizado y se desarrolló con normalidad.
Consideramos que el gran perdedor de ayer fue el presidente Ollanta Humala, quien de manera deplorable, en plena realización de las elecciones, siguió con su discurso en contra del Jurado Nacional de Elecciones. Qué triste su actuación. Hasta mañana, amigos de La Primera.
