MAREA NEGRA

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No fueron 6,000 barriles sino 12,000 los derramados por Repsol YPF en mar Ventanilla

Gobierno revela que barco Mare Doricum derramó 11,900 barriles pero compañía extranjera habla de 10,396.

La noticia negra la dio el viernes 28 de enero el Ministerio del Ambiente: no habían sido 6,000 sino 11,900- casi el doble- los barriles de petróleo que derramó en la noche del sábado 15 de enero el buque italiano Mare Doricum en el terminal multiboyas N° 2 de la refinería La Pampilla de Repsol YPF.

La torcida de mano resultó, pues poco después la compañía tuvo que reconocer públicamente en un comunicado- 13 días después de ocurrido el derrame- que habían sido 10,396 los barriles esparcidos en el mar de Ventanilla, lo que ha creado una marea negra que afecta los balnearios de Ventanilla, Santa Rosa, Ancón y Chancay.  

El Ministro del Ambiente, Rubén Ramírez, informó que había 52 embarcaciones haciendo denodados trabajos de contención y recuperación del material oleoso.

‘Se ha tendido 4,800 metros de barreras. Ya en la zona de Chancay de por sí hay 1,000 metros que están impidiendo el avance y que se perjudiquen a más hermanos peruanos en el litoral. Tenemos 11 tanques flotantes en mar haciendo recupero del material oleoso’.

El funcionario siguió con su dramático balance:

‘Tenemos 119 máquinas de equipos pesados terrestres que vienen recuperando el material en la corteza terrestre. También se han recuperado alrededor de 9,482 metros cúbicos de residuos sólidos peligrosos que están debidamente confinados’.

Repsol le salió inmediatamente al paso para reconocer en un comunicado que los 6,000 barriles de petróleo iniciales se habían convertido en casi 11,000:

‘Estamos en disposición de comunicar que la cantidad de petróleo derramado es de 10,396 barriles y de esto, el 35% ya ha sido recuperado mediante las labores de limpieza del mar y de las playas, según nuestras mejores estimaciones’.

Mientras se desarrollaba el ida y vuelta mediático, los técnicos desplegados en el denominado norte chico daban cuenta que ya la marea negra había llegado a Huacho, con su secuela de muerte hidrobiológica reflejada en los cuerpos de gaviotas, piqueros y cormoranes en la arena teñida por el aceite.

El mismo sábado 15 de enero, día del derrame, se informó que el contenido tóxico en el mar de Ventanilla había afectado unos dos millones de kilómetros cuadrados (1’739,000 k2 desde la Playa Cavero, según la estimación inicial) pero esas estimaciones han resultado escuálidas.

El mismo día del derrame en el buque italiano Mare Dorium, LA PRIMERA SEMANAL difundió el testimonio exclusivo de un personaje que conoció de cerca la génesis de esta tragedia ecológica que inicialmente se pretendió adjudicar a la erupción submarina del volcán Hunga Tonga en el reino polinesio de Tonga.

La erupción empezó a las 00:27 horas del sábado 15 de enero, a 73 kilómetros al norte de Nukualofa, Tonga, con una magnitud de 1.0.

La fuente señaló abiertamente que la tragedia se pudo evitar o, por lo menos, atenuar: ‘Al buque se le rompieron los cabos de popa estribor y nadie se dio cuenta. El barco se fue contra la troncal y dañó la manga’, dijo.

De acuerdo a este testimonio, al momento del derrame de petróleo en la costa del Callao ni el personal de guardia, ni los maniobristas estuvieron atentos a lo que ocurría. ‘La lancha de permanencia sí avisó, pero nadie contestaba a bordo (…) Se demoraron en parar el bombeo’, agregó la fuente.

El mismo sábado 15 de enero, una vez producida la erupción submarina en Oceanía, la Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra del Perú declaró de manera pública: ‘Este evento no genera tsunami en el litoral peruano’.

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