Más de 500 familias protegen 370,000 hectáreas de bosques en San Martín y Amazonas

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La Cooperativa Amazónica de Conservación Voluntaria y Comunal (Cooperamaz) agrupa a 540 familias que resguardan más de 370,000 hectáreas de bosques en pie en las regiones San Martín y Amazonas, promocionando productos de la biodiversidad, resalta el Ministerio del Ambiente (Minam).

Todas las familias están distribuidas en 16 asociaciones para la conservación comunal (jurídicamente establecidas) y 4 Áreas de Conservación Privada (ACP), que son terrenos de protección reconocidos por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), organismo adscrito al Minam. 

Al respecto, Álvaro Prada Guadalupe, gerente de Cooperamaz, precisa que los socios de esta organización se encargan de preservar el patrimonio natural, forestal y de fauna silvestre en sus territorios de manera voluntaria y sin ningún incentivo por ello. “Lo hacemos porque estamos firmemente comprometidos con la conservación, el desarrollo territorial sostenible y la mejora de la calidad de vida de nuestros asociados”, afirma.

La cooperativa nació en 2018, a iniciativa de la Red de Conservación Voluntaria y Comunal “Amazonía Que Late” y la Asociación Amazónicos por la Amazonía (AMPA), impulsando actividades económicas que puedan desarrollarse sin dañar los bosques y a la vez potenciar cadenas productivas sostenibles, teniendo en cuenta actividades de investigación e innovación para favorecer la agricultura familiar.

Para tal efecto, los asociados trabajan en cadenas productivas de aprovechamiento integral del fruto de cacao, café, coco, quinua, miel de abeja y aguaje. Prada Guadalupe, refiere que el 20 % de los beneficios económicos generados por la venta de estos productos son destinados a financiar las labores de los ‘Guardianes del bosque’, es decir, aquellas personas que se dedican a cuidar nuestra Amazonía.

Añade que todos los productos y derivados se comercializan bajo la marca Cooperamaz que está registrada en Indecopi. Estos se ofrecen en las sedes de AMPA en Lima y Moyobamba; pero también atienden pedidos a nivel nacional. “Vendemos a restaurantes, instituciones o consumidores finales que compran por la variedad de nuestros productos y porque han interiorizado el valor de la conservación”, manifiesta Prada Guadalupe.

Próximamente, los miembros de la cooperativa también piensan ofrecer sus productos a través de una tienda virtual alojada en el Catálogo de Eco y Bionegocios del Minam, pues reconocen que esta modalidad de mercadeo está teniendo cada vez mayor acogida entre sus potenciales compradores.

De acuerdo con el representante de Cooperamaz, las ventas derivadas de sus cadenas productivas permiten lograr un sistema de financiamiento sostenible que genera mejores ingresos para los socios de toda la cooperativa y los recursos económicos suficientes para el desarrollo de actividades de monitoreo, vigilancia y protección de los bosques, generando un modelo de negocio basado en la conservación de nuestra biodiversidad.

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