Padrastros de la patria

Usted como yo debe estar decepcionado hasta el hartazgo de los miembros del Congreso de la República. La decadente actitud moral de la mayoría de sus representantes ha sembrado un vacío enorme en el corazón de los peruanos. Desde 1990 para adelante la actitud deshonrosa de muchos padres de la patria ha traído abajo la majestad y buen nombre que tenían los Senadores y Diputados de antaño.

Un rechazo general ha causado el escandaloso bono o gratificación de 1500 soles, que la Mesa Directiva del Congreso presidida por Luis Iberico, dispuso se otorgue a los 130 congresistas y a los empleados de las oficinas parlamentarias. Esta ofensiva autogratificación se aprobó casi en estricto secreto y ha sido entregada mediante tarjetas electrónicas que fueron mandadas hacer por licitación directa. Nada de ello figura en la página web del Congreso ni en el portal de transparencia gubernamental.

No es justo, proporcional, oportuno ni transparente autogratificarse con 1500 soles, adicionales a los 15 mil soles, que ya recibieron como gratificación navideña. Es una falta de respeto a la pobreza que padece la mayoría de peruanos en el país. Es una frivolidad aberrante que los entierra cada vez más como indignos representantes de la mayoría nacional. Los trabajadores estatales han recibido sólo 300 soles de gratificación y ellos los señorones de la patria se llenan la carretilla hasta desbordar. Que tal lisura.

Intentando disimular la falta de sensibilidad social y la angurria por el dinero la Mesa Directiva ha dicho que es la misma cantidad que se entregó el año pasado. ¿Pueden creerlo?…

Muchos de los otorongos tienen el cuajo de quejarse de sus sueldos, diciendo que no están acordes con la actividad que realizan. Señores, los cargos congresales son voluntarios, son para gente que quiere servir al país, que quiere entregar lo mejor de sí a su patria, que quiere favorecer y multiplicar la justicia social en el país, con leyes y denuncias justamente para evitar el dispendio y el derroche del erario nacional. Nadie los obliga a postular y elegirse para ser congresistas. Sí les parece poco, si piensan que se desperdician sirviendo al país, para que postulan al Congreso?…, por qué se desviven por ser elegidos?…, por qué se aferran a sus curules sí son maltratados con sueldos tan “miserables”?… Dedíquense a otra cosa y dejen espacio para los jóvenes idealistas que están dispuestos a cambiarle la cara al Congreso de la República.

Es momento de impulsar la ley que impida la reelección continua de congresistas y la promoción de una ley que facilite la destitución congresal mediante el voto popular. Es la única forma que tendrá el pueblo para desaforar a tanto otorongo interesado que sólo llega al hemiciclo a engordar sus cuentas bancarias, calentar el asiento y embromar con los recursos del Estado. Es tiempo también de recapacitar profundamente sobre la idea de volver a votar por alguno de estos representantes ineficientes, inmorales y comechados. El poder de cambiar está realidad está en sus manos mis queridos amigos de Primera.