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Ser docente es más una cuestión de amor y de confianza en el futuro.
El Ministerio de Educación, dentro de su campaña “Historias que inspiran”, invita la participación de los maestros y maestras del país, para que cuenten lo que les inspiró ser docente a través del Facebook del Minedu www.facebook.com/mineduperu/
Los y las docentes deben contar, por ejemplo, cuál fue el momento clave en el que decidieron convertirse en maestros y maestras, además de indicar cómo, a través de su práctica profesional, han logrado cambiar la vida de sus estudiantes.
Y ya celebrando su día, traemos algunas historias de cómo estos educadores, se hicieron docentes, para llevar la educación por todas partes y en sus grados más altos.
Mario Rómulo Cavero Carrasco, ve a los niños y niñas de zonas rurales que asistían a la escuela para sentarse en el suelo y compartir clases con adultos, eso lo inspiró para asumir la labor docente, asegura el profesor y periodista ayacuchano. El querer trabajar y hacer el bien, me inspiró esa vocación, cuando estaba en transición y tenía siete años de edad. Ahí mis compañeros tenían 20 y 21 años, agrega el docente, cuya profesión también tenía su madre. Su dedicación de servicio al magisterio lo ha llevado a elaborar y publicar textos como el diccionario ilustrado Quechua-Castellano Castellano-Quechua y libros como el Chuya Puyku y el Mana Sutikuq, entre otros.
Su gran amor por los niños, desde muy temprana edad, despertó en ella ese gran deseo de ser maestra. Pero fue mi profesora de inicial, la que prácticamente dio la puntada final a mi decisión. Así, con esta frase llena de emoción pero también de nostalgia, Vivian Maribel Villegas Ramos, recuerda como se hizo maestra. El amor por enseñar y darle todo el cariño que se merecen los niños, me inspiraron para abrazar la carrera de maestra, dice la docente que de sus 25 años de servicio a la educación, diez lo dedicó a la comunidad andina de Tsachopen – Oxapampa – Pasco. Su voz se quiebra al recordar a su maestra de inicial, Martha. Ella marcó mucho mi vida y con ello mi deseo de seguir la carrera de maestra, afirma la docente que por su esfuerzo y dedicación ha recibido las Palmas Magisteriales.
Para Abel Arturo Jorge Meza, primero fue Dios y luego mi amor por la Patria lo que me llevó a estudiar la carrera docente. Así lo señala este licenciado de la Fuerza Aérea del Perú y de profunda fe religiosa. Fue Dios quien me mostró el camino para servir a los demás, dice Abel, quien hoy es magíster en educación y autor de varias publicaciones, entre ellas: Las actitudes y valores de la familia, y el Mejoramiento de la calidad educativa de los niños y jóvenes de Junín. Asegura que su vocación docente se manifestó cuando un maestro lo invitó a dar una clase de electrónica en un colegio técnico.
Y la religiosa, hermana Ángela Montoya Vargas, señala que su vocación de servicio le inspiró ser docente de escuela. Ser maestro es servir y como consagrada tengo un doble compromiso con los que menos tienen, señala la religiosa franciscana de la Inmaculada Concepción. Fue el amor por la niñez y juventud lo que hizo nacer mi vocación de docente, remarca la maestra con 23 de servicio a la educación en diferentes comunidades del país. Eso me hace muy feliz, remarca ella, quien actualmente es docente en Ica.
