Después de todo el escenario lleno de confusiones, incoherencia de leyes, lentitud para resolver inscripciones de partidos, candidatos y denuncias, así como el incumplimiento de normas internas y la viveza de algunos de pretender subsanar lo insubsanable con argumentos de interpretación, etc. etc. nadie duda de la urgente necesidad de contar con una reforma total de la ley para que nunca más ocurra lo que estamos viviendo en el actual proceso electoral. Y es ante esa necesidad que queremos dejar sobre la mesa algunas ideas sueltas que pueden o no ser tomadas en cuenta, para lo que será nuestra nueva legislación electoral. Empecemos por el plazo para la convocatoria a elecciones, que es potestad del Presidente de la República. La ley lo fija entre los 120 y 150 días antes de los comicios, pero todos hemos sido testigos de lo corto que ha resultado, por lo que consideramos que se debe establecer en 180, por lo menos. Las normas de democracia interna de las agrupaciones políticas también deben quedar claras y precisas, para que no ocurran más casos de partidos ‘vientres de alquiler’ y que quienes deseen postular a un cargo de elección popular, cumplan al pie de la letra los requisitos para la inscripción de candidaturas. La ley es la ley y todos deben cumplirla, y las autoridades también deben cumplirlas y hacerlas cumplir. No queremos que ocurra un caso más como el del señor Guzmán, cuyo partido no cumplió las normas y pretendió pasar una serie de jugadas para que le permitan seguir en carrera. Y las instancias electorales deben ser más coherentes al momento de tomar sus decisiones. Si el Jurado Electoral Especial tomaba en cuenta desde el primer momento el fallo del Jurado Nacional de Elecciones sobre el Registro de Organizaciones Políticas, y declaraba improcedente su inscripción, nos hubiéramos ahorrado mucho tiempo y no estaríamos como hoy, a menos de un mes para el día de las elecciones, sin saber cuántos candidatos van a participar en los comicios del 10 de abril.
Si el plazo para la inscripción de cédulas de sufragio vence 30 días antes del día de las elecciones, es necesario que al día 31 ya estén resueltos todos los procesos para la inscripción oficial de todos los candidatos. No es posible que el plazo para el retiro de candidaturas a la Presidencia de la República venza diez días antes de las elecciones, es decir, en tiempo cuando ya están impresas las cédulas de votación. ¿Se imaginan la confusión que se le genera al elector, si cuando ingresa a la cámara secreta encuentra en la cédula la foto de uno, dos o tres candidatos que ya no están en carrera?
De esta manera, la tarea debe ser ardua. Y para que se haga una verdadera reforma electoral se requiere el compromiso y la decisión política de congresistas y partidos para aprobar con tiempo una ley. Nunca más se debe introducir una norma cuando ya el proceso electoral esté en marcha, porque ya hemos visto la confusión que se ha generado. Falta aún la otra guerra, que se dará después de las elecciones del 10 de abril, cuando los partidos que no han superado la valla electoral con la nueva ley, quieran hacer valer el dispositivo vigente al día de la convocatoria a comicios.
Las instituciones que forman parte del sistema electoral también deben dar su aporte, aunque algunos magistrados han advertido que el actual Congreso no ha hecho caso a las recomendaciones que presentaron con la debida anticipación. Ojalá se pongan de acuerdo, por el bien del país. Hasta mañana amigos de La Primera.