Sentarse erguido no basta: tres claves para mejorar la postura y cuidar la espalda

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Expertos advierten que permanecer recto todo el día puede ser contraproducente y recomiendan movimiento, fortalecimiento muscular y una mentalidad positiva.

El mito de la postura perfecta

Durante décadas, el concepto de “buena postura” ha estado asociado a permanecer erguido, con los hombros hacia atrás y la espalda recta. Sin embargo, investigaciones recientes cuestionan esa idea. Según el médico y presentador de la BBC, Xand van Tulleken, mantener esa posición de forma rígida durante todo el día no solo es poco realista, sino que puede resultar perjudicial para la salud de la espalda.

En una entrevista con Morning Live, el especialista explicó que gran parte de lo que se ha transmitido como “verdades” sobre la postura está desactualizado y no responde a la evidencia científica actual.

  1. Movimiento constante, la clave

La postura no debe entenderse como un estado fijo, sino como un proceso dinámico. El peor hábito, señala Van Tulleken, es permanecer inmóvil durante largos periodos frente a un escritorio, una pantalla o incluso en un sofá.

“Puedes tener la mejor silla del mercado, pero si permaneces ocho horas sentado en ella, seguirás teniendo dolor de espalda”, advirtió.

Aunque dispositivos como correas correctoras o sillas ergonómicas pueden aportar comodidad temporal, no sustituyen lo esencial: levantarse, caminar, estirarse y realizar pausas activas a lo largo de la jornada. Incluso pequeños movimientos, como girar el cuello o estirar los brazos por encima de la cabeza, ayudan a liberar tensión acumulada.

  1. Fortalecer el cuerpo, no rigidizarlo

Contrario a la creencia popular, una postura saludable no depende de forzar la espalda en una posición rígida, sino de contar con músculos suficientemente fuertes para sostener el cuerpo.

Van Tulleken recomienda actividades que fortalezcan el core y la espalda, como pilates, yoga o ejercicios básicos de estiramiento. Movimientos sencillos, practicados de forma regular, pueden marcar una diferencia significativa en la prevención del dolor.

“El objetivo no es mantener un libro en equilibrio sobre la cabeza, sino permitir que el cuerpo se sostenga de manera natural”, puntualizó.

  1. La mentalidad también importa

La postura no se reduce a factores físicos. El estrés, la carga laboral y la fatiga emocional influyen directamente en cómo nos sentamos, caminamos o nos encorvamos frente a una computadora.

“Los hombros caídos muchas veces reflejan más la presión de una fecha límite que un problema con la silla”, explicó el especialista. Por ello, recomienda reflexionar sobre los hábitos diarios, la organización del tiempo y la importancia de equilibrar productividad con autocuidado.

Orientaciones médicas

El Servicio Nacional de Salud británico (NHS) aconseja mantener la actividad física, realizar estiramientos y, si es necesario, recurrir a medicamentos antiinflamatorios en caso de dolor de espalda persistente. No obstante, también recomienda acudir al médico si los síntomas no mejoran después de algunas semanas o se intensifican con el tiempo.

Análisis final

La visión contemporánea sobre la postura se aleja de la rigidez y se centra en la movilidad, el fortalecimiento muscular y la conexión entre bienestar físico y mental. Sentarse derecho puede ser útil en algunos momentos, pero no es suficiente: lo esencial es moverse, fortalecer el cuerpo y cuidar la salud integral.

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