SISTEMA DE PENSIONES EN CRISIS TOTAL

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A principios de este año, Larry Fink, CEO de BlackRock, el gigante de inversiones y el principal administrador de activos a nivel mundial, emitió una carta anual que para muchos ciudadanos de a pie, especialmente aquellos cerca de la jubilación, pasaron por alto. En ella, Fink alertaba sobre la urgencia de repensar el sistema de pensiones a nivel global. 

Las cartas anuales de Larry Fink a sus inversionistas son una suerte de oráculo en el que se basan otros inversionistas y financieros, y es que no es para menos, BlackRock, el mil millonario fondo de inversiones, responde por unos US$10 billones, un monto similar al PIB de cualquier economía pequeña y sus decisiones pueden desplazar la inversión directa en cualquier país.  

Un dato interesante que lo hace autorizado en el tratamiento de esta información y este tema es que la mitad de los activos que gestiona BlackRock son ahorros de jubilados de todo el mundo, lo que hace importante su opinión. Advierte en su misiva sobre una inminente “crisis de jubilación” que enfrenta especialmente Estados Unidos y le pidió a los baby boomers (nacidos entre 1945 y 1966) que ayuden a las generaciones más jóvenes a ahorrar lo suficiente para su propio futuro. “Eso evitará que se desilusionen con el capitalismo y la política en los próximos años. Esto debido a que las personas viven vidas más largas, pero tienen dificultades para costearlas y planificar adecuadamente”; e instó a los líderes corporativos y políticos a realizar “un esfuerzo organizado y de alto nivel” para repensar el sistema de jubilación.  

Una sexta parte de las personas en todo el mundo tendrá más de 65 años a mediados de siglo, frente a 1 de cada 11 en 2019, citando datos de las Naciones Unidas. Es un debate global que se empieza a calentar y convierte en un imperativo cambiar el sistema, pero desde los pilares sociales, no enfocarse en los ingresos ni en la edad, solo en maneras como las personas nacen, crecen, se reproducen y mueren.  

Lo preocupante es que se han dado diferentes voces de alerta, pero ningún gobierno está dispuesto a iniciar un cambio radical, la mayoría está optando por reformas superficiales, pateando el problema para el siguiente gobierno y en este juego van varias décadas sin tomar al toro por las astas y anunciar que tarde o temprano el sistema colapsará, ya que la disminución de la natalidad, el desempleo y la informalidad debilitan mucho el sistema de pensiones tradicional y es probable que en las próximas décadas los aportes dados no generen lo suficiente para dar soporte económico a las personas que hayan concluido con su etapa laboral. 

Otro tema paralelo que se debe mencionar es que la precariedad del sistema de pensiones en los países de América Latina y el Caribe obliga a millones de trabajadores a buscar una vía laboral informal para completar sus bajos ingresos, después de décadas de trabajo y de haber superado la edad de jubilación. Sin dejar de mencionar que el sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) es un fracaso total, requieren reformas para mejorar su eficiencia, reducir comisiones, aumentar la cobertura y garantizar pensiones más adecuadas. Este es un tema largo y aparte que trataré en otra oportunidad. 

México 

La situación de las pensiones en México refleja la complejidad de un país donde la informalidad laboral afecta a casi la mitad de la población activa. 

Con una pensión mínima que apenas supera los 6.000 pesos mensuales (350 dólares), muchos mexicanos se enfrentan a la difícil decisión de prolongar su vida laboral para asegurar un retiro medianamente estable, considerando que el salario mínimo es de 7.468 pesos (unos 435 dólares). 

El Congreso mexicano evalúa actualmente una serie de iniciativas que buscan otorgar una tasa de reemplazo del 100 % para los trabajadores que comenzaron su vida laboral formal a partir de 1997. 

Argentina 

En un escenario de severa crisis económica y con la tasa de inflación más alta del mundo (287,9 %), el 65 % de los jubilados en Argentina cobra la jubilación mínima, que en abril ha sido de 171.217 pesos (192 dólares) 

Este ingreso, que representa un 82 % del salario mínimo legal en Argentina, actualmente situado en los 202.800 pesos (232 dólares), coloca a muchos jubilados en una situación de vulnerabilidad económica y obligados a seguir trabajando tras alcanzar la edad de retiro. 

Brasil 

En Brasil el salario mínimo es de 1.412 reales (unos 274 dólares), valor que marca la pensión mínima y que percibe un 64 % de los pensionistas. 

Aunque no hay estadísticas exactas del número de pensionistas que trabajan en el país, según datos oficiales, en 2023 había 7,4 millones de brasileños de 60 años o más que continuaban trabajando, lo que supone el doble que hace una década, y un 12 % más que el año anterior. 

Chile 

En Chile, el sistema de pensiones establecido en 1980, durante el régimen de Augusto Pinochet (1973-1990), enfrenta críticas por no garantizar retiros dignos. Este sistema se basa en la capitalización individual, en la que los trabajadores aportan mensualmente un 10 % de su sueldo a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). 

Las pensiones resultantes son insuficientes, con cifras que frecuentemente se sitúan por debajo del sueldo mínimo del país (470.000 pesos o 531 dólares). 

La falta de estabilidad laboral genera lo que se conoce como «lagunas previsionales”, períodos en los cuales los trabajadores no cotizan y no ahorran para su jubilación. Esta situación lleva a una alta proporción de personas a continuar trabajando incluso después de alcanzar la edad de jubilación. 

Perú 

En Perú, la situación no es menos preocupante. La pensión media es de 500 soles (133 dólares), mientras que el salario mínimo es 1.025 soles. Con la mayoría de los adultos mayores sin acceso a un sistema de pensiones formal, y una gran proporción trabajando en la informalidad, la jubilación se convierte en un lujo para muchos. 

Lamentablemente, los peruanos debemos aceptar que la edad de jubilación se ha vuelto simbólica. La realidad nos obligará a seguir trabajando mientras tengamos fuerzas, ya que el monto de la jubilación, para aquellos que logren recibirla, no alcanzará para cubrir las necesidades básicas. Esto nos forzará a buscar ingresos adicionales o a depender del sustento de otros, quienes también enfrentarán el mismo problema en su momento. Esta situación es indigna y es resultado de una pésima proyección económica y social. Estamos advertidos. Hasta la próxima semana amigos de Primera. 

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