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Es lo que necesita César Acuña Peralta para que su candidatura presidencial no sea excluida de la contienda electoral. Y valgan verdades, ni toda la plata que posee el postulante de Alianza para el Progreso le servirá para evitar la sanción que las autoridades electorales terminarán imponiéndole. Y lo decimos así por la calidad de las imputaciones que tiene en su contra, una cada vez más grave que la otra. Veamos. Los casos de plagio en las tesis que presentó para obtener un doctorado y dos maestrías siguen su curso en el Tribunal de Honor del Pacto Ético Electoral, en Indecopi y el Ministerio Público. De comprobarse el plagio, Acuña puede ser sancionado con una pena de cuatro a ocho años de prisión, de acuerdo al Código Penal.
En el caso de apropiación del libro “Política educativa: conceptos, reflexiones y propuestas” cuyo autor es el profesor universitario Otoniel Alvarado Oyarce, la situación del candidato presidencial se complica porque se ha denunciado que una de las firmas de la resolución que Acuña exhibió para defender su argumento de coautoría, es falsificada. La denuncia ha sido corroborada por el propio ex secretario general de la Universidad César Vallejo, Eladio Angulo Altamirano, quien aseguró que esa no es su rúbrica.
Este hecho es muy delicado y así lo ha reconocido el candidato al Congreso por APP, Isaac Mekler, quien ha dicho que abandonará las filas de APP si se comprueba la denuncia. Lo que puede determinar su separación inmediata es el caso que se le sigue por haber entregado dinero a personas en plena campaña. El Jurado Electoral Especial (JEE) Lima Centro 1 le ha abierto un proceso de exclusión por vulnerar el artículo 42 de la nueva ley de organizaciones políticas que prohíbe dar dinero o dádivas durante el proceso electoral.
Ayer, por disposición del Jurado Nacional de Elecciones, el JEE inició la investigación por supuestamente haber consignado en por supuestamente haber consignado en su hoja de vida información falsa sobre su domicilio en San Juan de Lurigancho. Este caso también puede costarle su salida, si se demuestra que mintió, pues cuando inscribió su candidatura él no vivía en la dirección que registró.
Ayer, ocurrió también algo que remeció las huestes del candidato de plata como cancha. El pastor Humberto Lay Sun renunció a la candidatura a la segunda vicepresidencia de la República, y aunque el hijo del líder de APP y jefe de campaña, Richard Acuña, minimizó el hecho diciendo que fue por asuntos familiares, queda el sinsabor del alejamiento en estos momentos en que las aguas están más que agitadas en su agrupación.
César Acuña Peralta ha dicho que no renunciará a las elecciones, y aunque se encuentre contra las cuerdas y con la soga al cuello, seguirá de pie en su carrera a Palacio de Gobierno. ¿Cuánto resistirá? No lo sabemos, pero así como van las cosas en cualquier momento puede ser sancionado por la autoridad electoral. El JNE ha dejado al voto el caso de la supuesta información falsa sobre su domicilio en San Juan de Lurigancho, y este puede ser el golpe que lo deje tendido sobre la lona. Unos recomiendan que mejor tire la toalla y se retire de la pelea antes que le saquen tarjeta roja. ¿Ustedes que piensan? Hasta mañana amigos de La Primera.
