TOLEDO, HORA DIFÍCIL

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Toledo EditorialEl ex presidente Alejandro Toledo Manrique afronta el momento más difícil de su trayectoria política y personal, pues tras la catastrófica derrota sufrida en las elecciones del 10 de abril –que le costó perder la inscripción de su partido Perú Posible – ahora deberá enfrentar a los tribunales por el presunto delito de lavado de activos en el denominado caso Ecoteva.

En lo político, el reto para recuperar el liderazgo que tuvo en el año 2000, cuando se enfrentó a la dictadura fujimontesinista, es demasiado grande, pues Perú Posible ha ido perdiendo presencia desde que Toledo aún estaba en el gobierno. Recordemos que al final de su gestión, el nivel de aceptación llegó a un dígito y desde entonces los resultados electorales le han sido cada vez más adversos, hasta llegar a un magro 1.3% en los últimos comicios generales.

Recuperarse de ese catastrófico revés le va a costar muy caro, pues su partido político ha perdido además a muchos de sus líderes, como Luis Solari, David Waisman, Carlos Bruce, Luis Thais, Daniel Mora, Juan Sheput – quizá su mejor escudero político – y en esta semana a Carmen Omonte, ex ministra de la Mujer en este gobierno y hasta antes de su renuncia secretaria nacional de Política. Es decir, sus más destacados cuadros ya no lo acompañan.

Reinscribir su partido será una tarea titánica, pues entre los tantos trámites que deberá sortear, tendrá que reunir más de 550 mil firmas, que representan el 3% de ciudadanos que sufragaron en los comicios del domingo 10 de abril. Todo un reto que afrontará, seguramente después de librar el proceso penal que le han abierto por supuesto delito de lavado de activos derivado de la adquisición de dos costosos inmuebles con fondos que, según la fiscal Manuela Villar, no ha podido acreditar que sean de origen lícito.

Y este es el otro desafío que debe sortear el ex jefe de Estado, pues desde que se denunció el caso ha brindado diversas versiones sobre el origen de los cinco millones de dólares que costaron los dos inmuebles – una residencia en Las Casuarinas y una oficina en Surco – adquiridos por su suegra Eva Fernenbug, con fondos de la empresa Ecoteva de Costa Rica, que ella constituyó.

Primero dijo que ese dinero fue el ahorro de toda su vida de la señora Fernenbug, luego que provino de la indemnización del gobierno alemán por el holocausto, y después que fue un préstamo del empresario Josef Maiman a su suegra. Incluso, negó haber participado en las negociaciones entre ambos, pero después declaró haber actuado como agente inmobiliario de su amigo en la búsqueda de propiedades como posibilidades de inversión.

Así las cosas, el ex presidente Toledo se encuentra literalmente contra las cuerdas para demostrar ante el 16° Juzgado Penal de Lima, la procedencia lícita de los fondos con que se adquirieron los mencionados inmuebles.

Ojalá que el líder de Perú Posible demuestre su inocencia en este caso que se inició en enero de 2013. Están en juego muchas cosas, como el prestigio profesional y político de una persona que surgió desde muy abajo y se codeó con los más grandes de la economía mundial hasta llegar en el año 2001 a la Presidencia de la República, al frente de una tenaz lucha previa para la recuperación de la democracia y la derrota del régimen dictatorial de entonces.

Es loable su pronunciamiento a las pocas horas de conocerse la decisión del juez Abel Concha, cuando todos creían que estaba fuera del país y ponían en duda su retorno para enfrentar a la justicia.

“Estoy en Lima desde el viernes. Yo no me corro. Estoy aquí para enfrentar las acusaciones sin fundamento”, respondió desde su cuenta de Twitter. Eso demuestra que no tiene nada que temer. Bien por usted doctor Alejandro Toledo Manrique. Hasta mañana, amigos de La Primera.

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