Tradicional Takanakuy: cuando los puñetes y las patadas terminan en un cálido abrazo

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Las peleas a puño limpio son disputadas por residentes de las provincias altas del Cusco

Adolescentes, jóvenes y adultos libraron las peleas, pero estas culminaron con un fuerte abrazo de confraternidad, porque el objetivo es cerrar las diferencias o disconformidades con un valiente encuentro pugilístico. Foto: Cortesía Percy Hurtado Santillán

Adolescentes, jóvenes y adultos libraron las peleas, pero estas culminaron con un fuerte abrazo de confraternidad, porque el objetivo es cerrar las diferencias o disconformidades con un valiente encuentro pugilístico. 

Residentes de las provincias de Chumbivilcas, Paruro y Espinar, en la zona alta de la región Cusco, revivieron el tradicional Takanakuy (cuando la sangre hierve), como parte de las celebraciones en honor al nacimiento del Niño Jesús.

La singular actividad, que consiste en peleas entre dos personas a puño limpio, comenzó con un breve pasacalle por el centro de la ciudad del Cusco, y por la tarde y cerca de la noche, el responsable del cargo dispuso los enfrentamientos.

Las parejas que en algún momento mantuvieron alguna riña o discrepancia por diferentes factores o el solo hecho de mostrarse indiferentes se retaron para compartir puñetes y patadas bajo la estricta medida de árbitros y jurados.

Estos no deben tener accesorios de metal en los zapatos y menos en los puños, salvo algunos cinchos de tejidos típicos (fajas) en las manos y la cintura. Quien cayera primero o mostrara clara evidencia de sagrado perdía la batalla y su oponente se alzaba en triunfo.

Hubo adolescentes, jóvenes y adultos que libraron las peleas, pero estas culminaron con un fuerte abrazo de confraternidad, porque el objetivo es cerrar las diferencias o disconformidades con un valiente encuentro pugilístico de solución y alegría.

Los cientos de concurrentes, que esta vez abarrotaron una cancha sintética del sector Tankarpata, en el distrito de San Sebastián, disfrutaron con angustia y suspenso cada pelea que se programaba después de las huaylías o danzas de alegría.

Desde un estrado que se adecuó para los animadores del Takanakuy y cantantes de huaylías, se conminó al respeto y aceptar la derrota, y si surgiese una nueva discrepancia la solución tendrá que esperar a la próxima Navidad. La fiesta terminó por la noche con la presentación de artistas musicales, la degustación de comida y compartir de bebidas alcohólicas.

La huaylía de Chumbivilcas fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, mediante R.M. 338-2015-MC, en enero del 2016 y con ella el Takanakuy como prueba de valor y solución de conflictos, típica en Navidad y las dos primeras semanas de enero.Jaime Delgado, carguyoc o responsable de la celebración de la huaylía y el takanakuy, que los eventos son propios de la Navidad e inicios de año; se desarrollan con profunda fe, tradición y sin fines de lucro; sin embargo, el takanakuy, en los últimos años, se libra en diferentes escenarios y fechas con fines económicos, los que son rechazados por los habitantes de Chumbivilcas.

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