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Los obispos de la Conferencia Episcopal Peruana han invocado a los electores votar con un criterio ético, con información veraz y completa de las hojas de vida de los candidatos que postulan a la presidencia de la República, además de exigir planes de gobierno realistas.
Nosotros nos sumamos a ese llamado, y lo hacemos porque entendemos que si queremos que nuestro país mejore y se resuelvan los problemas que más lo agobian, lo mínimo que podemos exigir a los candidatos es que nos demuestren que sus planes de gobierno no son meras promesas, sino que tengan fundamentos reales para que se cumplan.
Los peruanos no podemos seguir sumergidos en la inseguridad, en salir a las calles sin saber si volveremos a casa porque un desquiciado nos puede acabar la vida por robarnos tan solo un teléfono celular a arrebatarnos la billetera. No podemos seguir en la incertidumbre a la que nos han conducido algunos oportunistas que llegaron al poder sin equipos técnicos, sin cuadros para gobernar, sin planes de gobierno y que sorprendieron al país con el cuento de que es la hora de las caras nuevas.
El gobierno del presidente Ollanta Humala es el vivo ejemplo de esas caras nuevas que necesita el país y los resultados saltan a la vista. La economía ha caído a niveles preocupantes, nuestra moneda se ha devaluado últimamente y los precios de los alimentos siguen subiendo y ni qué decir de las tarifas de servicios básicos, como la luz y el agua. Hasta ahora seguimos esperando el balón de gas a 12 soles.
De la inseguridad no hay mucho más que decir. Somos testigos cotidianos del crecimiento de la delincuencia, que ya desborda los límites. Imagínense, hace unas semanas el gobierno declaró al Callao en estado de emergencia, y desde entonces se han producido 18 crímenes en el primer puerto, con la policía movilizada en sus calles.
Y otros temas siguen durmiendo el sueño de los justos, como la lucha contra la corrupción, la generación de empleo, la lucha contra pobreza y la educación de calidad y equitativa.
Está bien que aparezcan rostros nuevos en nuestra alicaída política, pero no queremos advenedizos que con el solo afán de sentarse en el sillón de Palacio de Gobierno nos sigan conduciendo al desconcierto.
No queremos orientar la votación hacia un candidato u otro, pero si sentimos la obligación de hacerles ver la enorme importancia que tiene para el país la decisión que van a tomar el domingo 10 de abril en las urnas al momento de emitir su voto.
Que sea un voto bien pensado, quedan poco menos de 60 días para las elecciones y hay tiempo para meditar, para decidir por la mejor propuesta. Como en el amor, no nos dejemos impresionar por caras bonitas o falsas promesas. El Perú necesita seguridad jurídica, política y de valores. No queremos en los próximos cinco años seguir escuchando o leyendo que el Perú tiene el gobierno que se merece. Es momento de asumir el rol que nos corresponde. Hasta mañana amigos de La Primera.
