Virgen de Cocharcas: conoce las danzas típicas que amenizan esta entrañable festividad

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Entre ellas destaca la Chonguinada, la Negrería, el Apu inca, la Ccoya o Koya, el Carachaqui, entre otros

    

Una de las principales manifestaciones culturales en la emblemática festividad en honor a la Virgen de Cocharcas es la ejecución de diversas y coloridas danzas tradicionales con las que se rinde culto a la madre de Jesús. Algunos de estos bailes regionales han sido reconocidos como Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura.

Si bien se celebra en varias localidades de la región Junín y de la sierra central, la festividad en honor de la Virgen de Cocharcas se festeja con mayor plenitud en el distrito de Sapallanga de la provincia de Huancayo, cuyo día central es el 8 de setiembre.

A continuación, conoce las danzas típicas con las que se rinde homenaje a la Virgen de Cocharcas.

Chonguinada

La danza emblemática de las regiones Junín y Pasco tiene un lugar especial en la fiesta de la Virgen de Cocharcas. Se realiza en grupos de parejas y es de influencia española, pues la coreografía de la danza y la vestimenta de los personajes están inspirados en los bailes y los trajes señoriales europeos del siglo XVIII.

Los personajes básicos de la Chonguinada son el chonguino, que representa al español con aires de aristócrata, que expresa su poder con un traje muy adornado y un paso elegante y afectado en alusión a su carácter fatuo. Viste una camisa blanca con una corbata vistosa, un saco azul oscuro, y un pantalón de pana hasta la pantorrilla, cubiertos con bordados de motivos florales hechos con hilos de colores y metálicos, con puntadas llamados caracol partido, hoja o tripa de vicuña, y orlado con grecas.

Sobre el rostro lleva una careta de malla con los rasgos del español, con ojos azules o verdes, bigotes de diversa proporción, a veces una pequeña barba, y mejillas coloradas; se cubre la cabeza con una peluca rizada de cabellos negros o rubios que se supone es de estilo colonial y, como tocado, un sombrero de paño negro con alhajas, coronado por un vistoso plumaje de colores, sujeto a la copa con una chapa metálica. En los hombros llevan champis, especie de charreteras de metal en forma de pavo real y que en San Jerónimo de Tunán, provincia de Huancayo, llevan también por decoración pañuelos multicolores. 

Mientras que la dama, representada por las chonguinas, representan a la mujer de la nobleza nativa, condición patentizada por la profusión de joyas y aditamentos con bordados en plata y oro, y que aparece emparejada con el español.

Su vestimenta se caracteriza por usar una blusa blanca, una pollera principal festoneada, tres fustanes calados de encaje usualmente blancos, y unos siete fustanes de color con bordados también conocidos como talqueados. Sobre la espalda lleva una lliclla o manto cuadrado sujeto con prendedor de plata, un anaco, pieza rectangular de tela llevada al lado derecho. 

Los bordados de la pollera principal, la lliclla y el anaco, de motivos florales, hechos con hilos de colores y metálicos, cubren toda la pieza y en el caso de la pollera cubren una gruesa franja inferior. Una pechera de forma trapezoidal, cubierta por hileras de monedas antiguas de plata, sobre un fondo oscuro y orlada con flecos, se lleva sobre el pecho.

En la versión tarmeña, el anaco se lleva por delante llegando hasta la altura del orillo de la falda, y decorada en toda su superficie con alhajas y pedrería. En este caso, la pechera se lleva encima del anaco. En la versión del valle del Mantaro, las chonguinas, llevan igualmente una careta rosada con pequeños labios rojos, ojos de largas pestañas y mejillas sonrosadas; el rostro siempre va cubierto con un velo semitransparente sujeto con el sombrero.

El Chuto representa al indio de las alturas, en su papel de sirviente, de carácter alegre e insolente, que se encarga de abrir paso a la cuadrilla de chonguinos. Su vestimenta consta de una serie de prendas muy decoradas con bordados y platería sobre un traje básico.

La presentación de la Chonguinada consiste en una serie de coreografías estructuradas de manera particular, en conjuntos de pasos llamados figuras o mudanzas, secciones de la danza que se distinguen por seguir tonadas y coreografías particulares, que los bailarines siguen en una distribución circular o cuadrangular para el intercambio de parejas, todos los integrantes siempre están dirigidos por una pareja guía la cuadrilla encargada de iniciar la coreografía.

https://youtube.com/watch?v=aEqaKFLndls%3Fsi%3D3KakLUkrvADS85Nq

El Ministerio de Cultura declaró, el 9 de abril de 2022, Patrimonio Cultural de la Nación a la Chonguinada del departamento de Junín por tratarse de una danza representativa de la sierra central que simboliza una expresión visual, dancística y musical de gran riqueza simbólica cultural, reflejando la identidad en provincias y distritos en los que se representa.

Negrería o Pandillada de negros

La danza de la Negrería, denominada también Pandillada de negros o Garibaldis, originalmente representaba a los esclavos negros que desempeñaban labores durante la época Colonial, como trabajos domésticos, agrícolas y de albañilería.

Sin embargo, su vestimenta actual evoca un estilo marinero y presenta una máscara de tela metálica que asemeja un rostro con rasgos españoles y peluca rizada, una esclavina bordada con motivos vinculados a la historia nacional o al culto a la Virgen María.

En este baile participan 12 parejas de hombres y dos capataces con sus látigos, denominados también caporales. Desde 1995 se organiza la negrería mixta, donde las mujeres bailan, aunque no llevan peluca ni máscara.

Apu inca

La danza Apu inca es una danza-representación, la cual acompaña a la Virgen de Cocharcas durante todos los días de la fiesta, y donde los personajes de la corte incaica, reinterpretados al estilo huanca, son centrales. 

En la danza Apu inca se interpreta la captura y muerte de Atahualpa, en la que participan adultos, hombres y mujeres y forman dos grupos principales: la corte incaica y la comitiva de españoles; resaltando el encuentro entre incas y españoles en Cajamarca y la captura y muerte del Inca Atahualpa a manos de los conquistadores.

Esta danza involucra una gran comparsa en la que cada participante asume un personaje de cada uno de los grupos enfrentados, así tenemos al Inca, las Pallas, Ñustas, Auquis, Cahuides, un grupo de cusqueñas y los Chutos o sirvientes. Del lado de los españoles están Francisco Pizarro, sus soldados, el cura Fray Valverde y Felipillo, el traductor.

La danza consta de momentos importantes: la entrada del inca, la captura del inca y como cierre, luego del enfrentamiento que acaba con los cahuides y con el inca, todos los caídos se levantan y danzan juntos.

Ccoya o Koya

La danza de Ccoya o Koya es interpretada exclusivamente por mujeres que cumplen una promesa a la Virgen de Cocharcas por algún favor concedido. Ellas visten un tocado de tela fina en el que se insertan flores de colores, alrededor del rodete lucen monedas de plata o un rosario de perlas, todo esto va sujeto a la cabeza con unas cintas.

La tradición indica que mientras más pesado es el tocado, mejor para expiar los pecados. Asimismo, las danzantes utilizan blusas, faldas de gran volumen gracias a una estructura de alambre en el interior, así como guantes, pañuelos, zapatos y zarcillos.

Esta danza consta de dos momentos: el pasacalle, en el que se desarrolla la danza propiamente dicha, y la mocha o adoración, en el que las ccoyas, delante de la imagen, entonan un harawi, mientras bailan; quien se compromete a bailar ante la Virgen María, lo debe hacer durante siete años consecutivos;

Carachaqui o Ccalachaqui

Esta danza es interpretada por un conjunto de niños que bailan descalzos y alaban a la Virgen de Cocharcas todos los días de la festividad. Cuenta la tradición que su origen coincide con la aparición de la Virgen de Cocharcas y se menciona que la única manera que hubo de convencer a la imagen de trasladarse a su santuario fue organizar una comparsa de niños que la acompañe.

Lo que resalta de esta danza es que involucra a los niños de la localidad en el culto y estrecha las relaciones de identidad con su tradición; su importancia radica en que ésta comparsa convenció a la Virgen María para instalarse en Sapallanga.

Estas danzas típicas, que simbolizan el sincretismo católico-andino que combina las tradiciones ancestrales con la devoción católica, evidencian la enorme riqueza cultural que caracteriza a la fiesta de la Virgen de Cocharcas. Una festividad que vale la pena disfrutar por lo menos una vez en la vida.

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