Viva

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Dicen que el presidente Francisco Sagasti casi pierde los papeles en las últimas horas cuando se percató de que en el mensaje de condolencia enviado al pueblo haitiano por el asesinato del presidente Jovenel Moïse se incluyó a la primera dama, Martine Moïse, como si hubiera muerto con él. El detalle que faltaba era que la señora logró sobrevivir al ataque y que nadie estaba tomando café en su nombre. Los jalones de oreja dejaron varias caras largas en los relucientes salones de Palacio de Gobierno.

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