69 DÍAS

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Salida de Guido Bellido de la PCM fue la crónica de una muerte anunciada

Mirtha Vásquez tendrá que arreglar estropicios de gabinete anterior.

En la tarde del miércoles 6 de octubre se empezó a disipar la niebla política que había envuelto al presidente Pedro Castillo, sobre todo después del encontronazo verbal que sostuvo en la víspera con Guido Bellido, una vez que le comunicó su intención de quitarlo del Premierato. 

Por eso, cuando cayó la noche en el Salón Dorado de Palacio de Gobierno el jefe de Estado se mostró aliviado de haberse quitado ese pesado collar de zapallos que habían representado desde hacía varias semanas Bellido y sus adláteres: Vladimir Cerrón y Guillermo Bermejo.  

Castillo Terrones respiró aliviado cuando tomó juramento a Mirtha Esther Vásquez Chuquilin como nueva presidenta del Consejo de Ministros y la recostó sobre un gabinete en cuyos 18 ministerios se habían insertado seis cambios importantes.

Guido Bellido pasaba así a la historia reciente del Perú, con sus 69 días en el cargo, como el premier que había ejercido el puesto durante menos tiempo en los últimos 40 años, siendo superado solo por Ántero Flores-Aráoz, el ex premier de Manuel Merino.

Pero la noche de la juramentación empezaron también los fustazos políticos, como los que cayeron a Luis Barranzuela Vite, un ex policía nombrado ministro del Interior aun cuando era abogado de Perú Libre y asesor en temas cocaleros del procesado por terrorismo Guillermo Bermejo.

Se echó sombras también sobre otros miembros del gabinete Vásquez, como la ministra de Cultura, Gisela Ortiz, a partir de declaraciones del legislador de Renovación Popular, José Cueto, quien dijo contar con informes de Inteligencia en su contra sobre casos no especificados.

Esto terminaba siendo el corolario de un sismo político que se había iniciado el miércoles 8 de septiembre, cuando Vladimir Cerrón publicó un tuit, tratando de desmentir versiones sobre un pedido de asilo político que buscaba blindarlo de acusaciones de corrupción.

El huayco, en realidad, venía de atrás, pues el sábado 28 de agosto, el mismo día en que el presidente Pedro Castillo cumplía un mes en el poder, fiscales y policías habían allanado las oficinas de Perú Libre buscando datos sobre el financiamiento de la campaña electoral.

El juez Carlos Sánchez había autorizado la incursión a siete inmuebles -incluida la casa de Vladimir Cerrón- a pedido de la Fiscalía que abrió una causa preliminar por supuesto lavado de dinero al partido de un lápiz que amenazaba quedarse sin punta.

Había más, pues el lunes 13 de septiembre el ministro de Justicia, Aníbal Torres, pechó públicamente al dueño del partido Perú Libre, Vladimir Roy Cerrón Rojas, en una emisora radial: ‘No te metas Vladimir en el Gobierno. Métete en los asuntos del partido’.

Torres nunca se hubiese aventurado a una confrontación con el dueño de la plataforma política que ganó las elecciones, de no haber sido porque sentía el respaldo absoluto de Pedro Castillo, natural de Puña, otro cajamarquino como él. Y los hechos demuestran que así fue.

Pero ya el jueves 7 de octubre, tratando de echar tierra al tema Bellido-Cerrón, el gabinete presidido por Mirtha Vásquez realizó su primera sesión de Consejo de Ministros en Palacio de Gobierno, poniendo segunda en un vehículo que acababa de atravesar un bache. 

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