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Rusia ha reposicionado artillería cerca de la disputada ciudad de Alepo.
Las acciones de Rusia en Siria han profundizado las divisiones dentro del Gobierno de Estados Unidos respecto a si el presidente Vladimir Putin realmente apoya la iniciativa liderada por la ONU para acabar con la guerra, o si usa las negociaciones para enmascarar un nuevo apoyo a su homólogo sirio, Bashar al-Assad.
Rusia ha reposicionado artillería cerca de la disputada ciudad de Alepo, dijeron varios funcionarios estadounidenses a Reuters.
Pese a la retirada de varios aviones militares en marzo, Rusia también ha reforzado sus fuerzas en Siria con helicópteros de guerra y reanudado los ataques aéreos contra grupos moderados de la oposición, dijeron funcionarios estadounidenses hablando bajo condición de anonimato.
La reafirmación del apoyo militar ruso en Siria ha llevado a algunos funcionarios estadounidenses a advertir que si Washington no responde, eso podría ser visto por Moscú como una nueva señal de la timidez de Estados Unidos. Eso, afirman, podría animar a Rusia a aumentar los desafíos a Estados Unidos y a sus aliados militares con más maniobras aéreas y navales provocativas.
También afirman que si Estados Unidos no responde, eso dañaría aún más las relaciones de Washington con Arabia Saudita y otros países del Golfo que buscan deponer a Assad, y con Turquía, que ha estado disparando con artillería a objetivos de Estado Islámico en Siria.
La respuesta, argumentan, es aumentar el apoyo de Estados Unidos a los grupos moderados de las facciones rebeldes sirias con más misiles antitanques y lanzagranadas enviados a través de terceros países.
Sin embargo, otros funcionarios, como la consejera de seguridad nacional Susan Rice, han vetado cualquier aumento significativo del papel de Estados Unidos en Siria, dijeron los funcionarios.
El mismo Obama se ha resistido en aumentar el papel de Estados Unidos en la guerra. En octubre dijo que Washington no entraría en una guerra contra Moscú en Siria y su Gobierno se ha centrado en reforzar la lucha contra Estado Islámico. La Casa Blanca declinó hacer comentarios sobre el debate interno sobre Siria y las intenciones de Putin.
