Bullying: ¿cómo detecto si mi hijo sufre de acoso escolar y cómo lo ayudo? [video]

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El primer paso es conocer el estilo de crianza, afirma especialista

El acoso escolar es una relación asimétrica, en el que una persona o un grupo de personas ejercen poder sobre otro. Foto: ANDINA/Difusión
El acoso escolar es una relación asimétrica, en el que una persona o un grupo de personas ejercen poder sobre otro.

  

Insultar, burlarse del aspecto físico, poner apodos, difundir rumores falsos, ignorar o enviar mensajes ofensivos por redes sociales también son una forma de ejercer violencia escolar.

Así lo precisó el psicólogo Luis Arias Valle, especialista en desarrollo humano y convivencia escolar, al señalar que el bullying va más allá del maltrato físico y sus consecuencias no solo se afectan lo académico sino la salud mental y emocional.

Para el especialista, el acoso escolar es una relación asimétrica, en el que una persona o un grupo de personas ejercen poder sobre otro. Algunas de las señales de alerta son moretones, dolores de cabeza, trastornos estomacales, sudoración, pocas ganas de ir al colegio, desánimo y bajo rendimiento académico.

“Es importante la participación de los agentes educativos, responsables de la convivencia, quienes deben estar en permanente observación de las conductas para determinar donde hay situaciones de conflictos o donde se rompe la simetría en las relaciones interpersonales cuando alguien empieza a dominar”, comentó.

Estilos de crianza

Según el especialista, la confianza generada por los padres a un hijo es una de las herramientas fundamentales para evitar que los casos de acoso escolar lleguen al extremo o que el daño sea irreversible. 

Por esa razón, para lograr un alto grado de confianza, es sustancial conocer el estilo de crianza que los padres practican, así como las consecuencias que conllevan cada uno de ellos.

Los distintos estilos de crianza se diferencian principalmente en dos aspectos: el grado de sensibilidad e interés mostrado por los padres hacia los hijos, y el nivel de exigencia y firmeza en la que se aplican las normas de convivencia.

Teniendo en cuenta estos elementos, surgen cuatro patrones educativos: autoritario, permisivo, indiferente y democrático, siendo este último el estilo donde hay más posibilidades de que los hijos reporten a sus padres una situación de violencia.

Si es un padre que solo impone normas y nada de afecto, entonces estamos ante un padre autoritario”, precisó Arias. Los niños que crecen bajo este tipo de crianza, se vuelven inseguros y retraídos, pues el excesivo control les impide desarrollar su autonomía. En este caso, la víctima no solo tiene miedo a su agresor, sino que también puede llegar a tener miedo de sus progenitores.

Todo lo contrario a los padres autoritarios son los permisivos, aquellos que son pocos firmes y dan mucho afecto. Mientras que los padres indiferentes son los que no ponen límites ni brindan cariño, están ausentes física y emocionalmente, por lo que no suelen detectar si su hijo o hija está pasando por acoso escolar.

De acuerdo con Arias, en el estilo democrático los padres son afectuosos y se muestran interesados en sus hijos. También ejercen un control moderado, establecen normas coherentes y las aplican con consistencia. 

Esta última relación paternal es la mejor opción para fortalecer la confianza y la comunicación en familia, lo que permitirá que el menor no tenga miedo de contar si está viviendo alguna situación de violencia fuera de casa.

En los colegios

Ante el presunto caso de bullying en el colegio Saco Oliveros en Ate, el especialista declaró que es fundamental la presencia del psicólogo en los centros educativos porque brinda un espacio seguro donde los niños y niñas pueden compartir sus pensamientos y sentimientos.

De esta manera, la institución podrá trabajar con los padres y docentes medidas preventivas que no solo generen una buena convivencia en el aula, sino que también permitan a los escolares reconocer si alguien es una víctima de bullying y saber cómo comunicarlo.

Asimismo, como parte de la lucha contra el acoso escolar, los colegios deben aplicar tres pasos importantes para una convivencia segura dentro y fuera de sus instalaciones. 

Según Arias, las víctimas de bullying se niegan a asistir a clases porque perciben el contexto escolar como una situación amenazante. Por ello, el primer paso consiste en promover actividades que construyan buenos recuerdos en la escuela. Mientras que en el segundo, se debe prevenir situaciones negativas. 

El último paso es la intervención. Ante cualquier señal de alerta, tanto el docente como los apoderados deben actuar inmediatamente con el objetivo de ayudar tanto a la víctima como al victimario, puesto que, desde un punto de vista psicológico, también debe recibir terapia para frenar su comportamiento.

Canales de atención

Frente a un caso de bullying, este debe ser reportado por la institución educativa, los padres de familia o cualquier ciudadano en el portal ‘SíseVe’ (www.siseve.pe/web/) del Ministerio de Educación.

Si el colegio es privado y no cumple con actuar de forma diligente ante casos de violencia, los padres de familia pueden acudir a cualquiera de las oficinas del Indecopi a nivel nacional o comunicarse a través de los siguientes canales de atención:

– Correos: colegios@indecopi.gob.pe / sacreclamo@indecopi.gob.pe  

– Reclama Virtual: https://enlinea.indecopi.gob.pe/reclamavirtual/

– Líneas telefónicas: 224-7777 (Lima) y 0800-4-4040 (provincias)

– Formulario web: “Vigilancia Ciudadana”: https://cutt.ly/jjW4l8m

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